La Proscomidia es la primera parte de la Liturgia, que procede de la costumbre de los antiguos cristianos de traer pan, vino y todo lo necesario para la realización de la Liturgia.
El pan y el vino, son los dones que se preparan para ser utilizados en la Santa Comunión y que se convertirán en el CUERPO y SANGRE del Señor.
Los alimentos que los fieles ofrecían, se consumían juntos después de la liturgia y también se repartían a los necesitados. Esta tradición sigue con el actual agape o trápeza.
“PROSCOMIDIA” es una palabra griega que significa “traer”.
Un sinónimo de esta palabra es “PRÓTESIS” también del griego que significa "presentación, ofrenda".
Hace muchos siglos, este lugar estaba situado fuera de la iglesia, actualmente, el proscomediario = altar del ofertorio, es un lugar (una concavidad, un nicho, un ábside o una pequeña mesa) en la parte norte del altar, atrás del iconostásis.
El proscomediario representa tanto la gruta de Belén y el nacimiento de Cristo; así como el sepulcro en donde el Salvador fue enterrado.
El pan, que se utiliza en la ofrenda, se llama prósfora (en griego prósforon), que significa: ofrenda. La prósfora tiene que ser con levadura de puro trigo. El Mismo Señor Jesucristo utilizó para la realización de la Santa Comunión pan de levadura y no sin levadura. La prósfora tiene que ser redonda y formada de dos partes, en imagen a las dos naturalezas de Cristo - Divina y humana.
En la tradición griega (Jerusalén, Constantinopla, Antioquía, etc.), las porciones se toman de una sola prósfora grande marcada con un sello que marca los cortes; en la tradición eslava hay varias prósforas (generalmente cinco) donde las porciones se cortan como se describe a continuación.
El sacerdote toma la prósfora y la bendice tres veces, marcando en la parte superior la señal de la cruz con la lanza, pronunciando:
"En memoria del Señor y Dios, y Nuestro Salvador Jesucristo."
El sacerdote corta otro pedazo de pan en forma de triángulo y lo coloca en la patena a la derecha del Cordero, en memoria de la THEOTOKOS, diciendo:
“Se presentó la Reina a tu diestra, adornada y envuelta en vestido entretejido de oro”.
El sacerdote recorta ahora nueve porciones triangulares en conmemoración de los SANTOS. El número nueve se deriva de la jerarquía tradicional de ángeles. Las nueve porciones se colocan a la izquierda del Cordero, en filas de tres, y honran a los poderes angelicales y a todos los santos.
El orden de los nombramientos varía levemente según la tradición griega o eslava, pero en ambas se conmemoran todos los santos en sus diferentes coros y categorías: ángeles, profetas, apóstoles, santos padres y jerarcas, mártires, monjes y ascetas, sanadores, los justos y el santo Patrón del templo o el santo cuya Liturgia se celebra en el momento.
Durante la Liturgia de la preparación, la iglesia no olvida de recordar a sus miembros: Vivos y Fallecidos.
Mientras el sacerdote va leyendo los nombres que los fieles han entregado para su conmemoración y “participación” en la Divina Liturgia, va colocando las pequeñas porciones de prósfora debajo del Cordero.
Las porciones para los VIVOS están dispuestas en una fila directamente bajo el Cordero, y las porciones para los DIFUNTOS están alineadas debajo de las porciones para los vivos.
Como celebración final, el mismo celebrante se corta una porción y dice:
“Reconoce, Señor, mi indignidad y perdona mis pecados, voluntarios o involuntarios. "
Según la tradición el sacerdote también puede recordar al obispo de la iglesia y al obispo que lo ordenó, poniendo el triángulo de prosforá justo bajo el cordero.
Al final de la Proscomedia el sacerdote bendice el incensario; e incensando el asterisco (estrella), la coloca sobre la patena para salvaguardar al Cordero y las porciones en el orden establecido.
El incensar representa la protección del Espíritu Santo, Gracia que se manifiesta en la Santa Comunión.
El sacerdote finaliza la Proscomidia, incensando la mesa de prótesis con los Santos Dones cubiertos; continua con el altar, los santos iconos y todo el templo mientras repite las palabras que confiesan la plenitud de la presencia de Cristo:
“En el sepulcro con el cuerpo, en el Hades con el alma, en el paraíso con el buen ladrón y en el trono con el Padre y el Espíritu Santo , tú estabas oh Cristo, que está presente en todas partes y lo llena todo. "
También recita el salmo penitencial, 50 (51):
“Ten misericordia de mí, oh Dios, según tu gran misericordia,…”
Luego de la incensación y otras oraciones, canta el coro la doxología = la salutación angelical:
“Gloria a Dios en las Alturas, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad…”
Se abren las Puertas Reales del iconostasio, y se da comienzo a la Divina Liturgia.
Si te has perdido alguna parte de la serie..