Lunes, Martes y Miércoles Santo
A partir del lunes de Semana Santa, la Iglesia se adorna con la tristeza, pero sin perder la esperanza y alegría de la esperada Resurrección.
Todavía estamos, en el período del arrepentimiento…. que nos hace dignos de la participación de la Pascua del Señor en su tránsito de la Muerte a la Vida.
ya que la Iglesia es la Novia de Cristo y su misión es revelar y anunciar la llegada del Novio.
En estos días la iglesia nos recuerda el objetivo del Ayuno, que es la espera de la boda del alma con el Señor, como dice el Troparion:
“He aquí el Novio que llega a medianoche; bienaventurado, pues, el siervo que Él le encontrará despierto; pero a quien no encontrará listo, es indigno. Entonces mira alma mía que no te quedes dormida, ya que se cerrará la puerta del reino y serás entregada a la muerte; pero quédate alerta exclamando: Santo, Santo, Santo eres Tú, oh Dios, por la Madre de Dios ten piedad de nosotros”.
El atributo novio subraya la intimidad del amor de Cristo hacia nosotros, comparando el reino de Dios a una cámara nupcial.
La Parábola de la higuera que Jesús maldice, nos hace reflexionar sobre nosotros mismos; cada alma se parece a tal higuera si no da fruto espiritual.
Si al fin de nuestros días el Señor viene a buscar el fruto que espera de nosotros, por quienes Él dio su vida, y sólo “presentamos hojas”, es decir aparentamos pero estamos vacíos de buenas obras, nuestra situación será como la de la higuera. Él dejará que se marchite y la enviará al fuego eterno.
Para nosotros ya será muy tarde de dar frutos espirituales y aprovechar de las gracias que Dios nos dio.
Si nosotros damos buenos frutos, ayudaríamos también a nuestros hermanos a crecer espiritualmente.
Las vírgenes prudentes y las necias son nuestras almas que se enfrentarán al Juicio Final para entrar o no en el Reino de los Cielos… a pesar de su fe.
En esta parábola Cristo simboliza su Segunda Venida, como la del Novio que viene a la casa de la Novia (nuestras almas) durante el ritual de la boda.
Según la antigua costumbre, después del oficio del compromiso matrimonial, el novio con familiares y amigos se dirigía a la casa de la novia, quien esperaba al novio con sus mejores galas, rodeada de sus amigos.
La novia, con el rostro cubierto por un velo, el novio y todos los participantes de la fiesta se dirigían entonces a la casa del novio entre cantos y música.
Se cerraban las puertas, se firmaba el contrato matrimonial, se pronunciaban las bendiciones a los novios, la novia se descubría el rostro y entonces comenzaba la fiesta nupcial, siete días para una doncella o tres días para una viuda que se volvía a casar.
En esta parábola:
la fiesta de las bodas es el Reino de los Cielos, donde los fieles se unirán al Señor en la vida eterna.
la espera del esposo es nuestra vida terrena, preparándonos para el encuentro con el Señor.
las puertas cerradas de la cámara matrimonial no admiten a los que llegaron
tarde, es decir, a los que murieron sin llegar todavía al arrepentimiento.
El aceite en la Sagrada Escritura suele ser una imagen del Espíritu Santo y el aceite que faltaba a las vírgenes necias es la "la adquisición de la gracia del Espíritu Santo".
San Serafín de Sarov, explica que no toda "buena obra" tiene valor espiritual, sino sólo aquellas que se hacen en el nombre de Cristo.
Muchas se hacen por vanidad y orgullo o sólo por ser una virtud; pero no por el fruto de la virtud, que es un don del Espíritu Santo.
Esta parábola nos muestra que sólo el hombre que vive una vida según la voluntad de Dios, en consonancia con el Reino de los Cielos, será justificado en el Juicio Final.
Pero todos los cristianos "formales", que viven fuera del contacto con Dios y no se preocupan por su salvación, serán rechazados.
San Isaac el Sirio: "Nadie sube al cielo mientras solo vive".
La mujer de la parábola era una adúltera, que dos días antes de la Pascua, estando Cristo aún en Betania, lo siguió y se reunió en casa de Simón el leproso para cenar.
Al contrario de todos los que venían a Jesús para ser curados de alguna enfermedad o liberados del demonio, esta mujer vino con un amor mezclado con un gran arrepentimiento para ser perdonada de sus pecados.
De alguna manera, esta acción de ungirlo con un valioso perfume, anunciaba lo que le iba a pasar a nuestro Señor Jesús.
Finalmente, Jesús aprecia su acción diciendo que esta mujer iba a ser recordada por generaciones a través del evangelio.
Y así es que hasta hoy recordamos la maravillosa historia de esta mujer que Mateo no menciona por nombre, pero que sus acciones de amor hacia Jesús quedaron registradas para eterna memoria de todos.
De igual manera, todo lo que nosotros hacemos por y para el Señor no es en vano, Dios nos recompensará con justicia, según nuestras obras.
Hoy, el Miércoles Santo por la noche en el Oficio de la Santa Unción, se bendice con siete lecturas de los Apóstoles y siete lecturas del Evangelio, el Mirón para este sacramento.
El sacramento/misterio de la Unción de los Enfermos que nos ofrece nuestra iglesia, es una fuente del Espíritu Santo que sirve no sólo para sanar el cuerpo, sino también para sanar el alma, ya que, según la comprensión ortodoxa, el pecado es principalmente una enfermedad espiritual.