Liturgia de los fieles (Desde la acción de gracias hasta el final de la Santa Liturgia).
La Divina Liturgia. Parte 18
Continúa el sacerdote con las oraciones de gracias, que terminan alabando a Dios de esta forma:
“Porque eres nuestra santificación, y te glorificamos, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos”.
¿Quién recibe esta santificación?
Se concede en primer lugar a los fieles por la comunión y por la mediación, ya que son los que ofrecen los dones. El comulgante es ahora UNO con el Señor, 1Co 6,17:
“El que se une al Señor, un espíritu es con Él”.
Asimismo, los difuntos son santificados por la mediación de los dones sagrados, ya que los dones se ofrecen en su nombre, cuando escribimos sus nombres, para recordarlos en la Santa Liturgia.
Sus almas reciben el perdón de los pecados y tienen la ventaja respecto a los vivos, que ya no pecan más…… por estar su alma separada del cuerpo… …. pero tampoco pueden arrepentirse por sus pecados. Ahora dependen completamente de nuestras oraciones, que por eso son muy importantes.
Agradecemos porque hemos recibido el Reino de Dios en nuestros corazones.
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NOTA: CONTINÚA EL TEXTO DE LA DIVINA LITURGIA DE SAN JUAN CRISÓSTOMO. Publicación de la Hermandad Ortodoxa “San Sergio” Buenos Aires 1998.
S: Estemos en pie; habiendo participado de los divinos, santos, inmaculados, inmortales, celestiales, vivificadores y temibles misterios, demos gracias al Señor.
C: Señor, ten piedad.
S: Socórrenos, sálvanos, ten piedad de nosotros y guárdanos, oh Dios, por tu gracia.
C: Señor, ten piedad.
S: Habiendo pedido que todo este día sea perfecto, santo, apacible y sin pecado, confiémonos nosotros mismos, los unos a los otros, y toda nuestra vida a Cristo, nuestro Dios.
C: A Ti, Señor.
Sacerdote en voz baja…… Oración de acción de gracias
Te damos gracias, oh Soberano, que amas al hombre, que colmas nuestras almas de bienes, por habernos hecho dignos, hay también, de Tus celestes e inmortales Misterios. Ponnos a todos en el camino recto, afiánzanos en tu temor, vela sobre nuestra vida, da firmeza a nuestros pasos, por las oraciones y las súplicas de la gloriosa Madre de Dios y siempre Virgen, María, y de todos los Santos.
Sacerdote en voz alta:
Porque Tú eres nuestra santificación y te elevamos gloria, ¡oh! Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
C: Amén.
S: Salgamos en paz.
C: En el Nombre del Señor.
S: Oremos al Señor.
C: Señor, ten piedad.
ORACIÓN DEL AMBÓN
S: Señor, Tú que bendices a los que te bendicen y santificas a los que ponen su confianza en Ti, salva a tu pueblo y bendice tu heredad. Guarda la plenitud de tu Iglesia; santifica a los que aman la belleza de tu casa y glorifícales a su vez, por tu divino poder. No nos abandones, a nosotros que esperamos en Ti. Da la paz al mundo, a tus Iglesias, a los sacerdotes y a todo tu pueblo. Porque toda gracia y todo don perfecto vienen de lo alto y proceden de Ti, Padre de las luces. Te damos gracias y te adoramos, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
C: Amén. Bendito sea el Nombre del Señor, desde ahora y para siempre. (3 veces)
S: Que la bendición del Señor sea sobre vosotros, por su gracia y su amor para los hombres, en todo tiempo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
C: Amén.
S: Gloria a Ti, oh Cristo nuestro Dios, nuestra esperanza, gloria a Ti.
C: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Señor, ten piedad. (3 veces). Padre, bendice.
BENDICIÓN y DESPEDIDA (Apólisis)
El sacerdote toma la cruz y según el día dice:
Cristo nuestro verdadero Dios, (si es domingo): * que resucitó de entre los muertos *, por las intercesiones de Tu Purísima, Inmaculada y Santísima Madre, por el poder de la venerable y vivificadora Cruz; por la protección de los venerables poderes celestiales incorpóreos; por las súplicas del honorable y glorioso profeta y precursor Juan Bautista; de los santos honorables y alabadísimos Apóstoles; de los santos ilustres y gloriosamente victoriosos mártires; de nuestros justos y teóforos padres; de nuestro venerable padre entre los santos, Juan Crisóstomo, Arzobispo de Constantinopla; de los santos y justos antepasados de Cristo Dios, Joaquín y Ana; de San (N) Patrono de este Santo Templo; de San (N) cuya memoria celebramos hoy; y de todos los Santos, ten misericordia y sálvanos, porque eres bondadoso, misericordioso y amante de la humanidad. Por las oraciones de nuestros Santos Padres, oh Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten piedad de nosotros y sálvanos.
C: Amén.
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