La vida de los Santos: San Andrés de Creta y el Gran Canon.
Conmemorado el 4 de julio (20 de julio). El Gran canon de San Andrés es recitado completo en la iglesia ortodoxa en la 5ta semana de la Cuaresma
El santo Andrés, arzobispo de Creta, nació en la ciudad de Damasco en el seno de una piadosa familia cristiana. Hasta los siete años fue mudo y no hablaba. Sin embargo, después de comulgar los Santos Misterios de Cristo encontró el don del habla y comenzó a hablar. A partir de ese momento, el muchacho comenzó a estudiar con ahínco las Sagradas Escrituras y la disciplina de la teología.
A los catorce años marchó a Jerusalén y allí aceptó la tonsura monástica en el monasterio de San Sava el Santificado. San Andrés llevó una vida estricta y casta, era manso y abstinente, de tal manera que todos se asombraban de su virtud y razonamiento mental. Como hombre de talento y conocido por su vida virtuosa, con el paso del tiempo llegó a formar parte del clero de Jerusalén y fue nombrado secretario del Patriarcado, un escribiente. En el año 680, el locum tenens del Patriarcado de Jerusalén, Teodoro, incluyó al archidiácono Andrés entre los representantes de la Ciudad Santa enviados al Sexto Concilio Ecuménico, y allí el santo contendió contra las enseñanzas heréticas, apoyándose en su profundo conocimiento de la doctrina ortodoxa. Poco después del Concilio fue llamado a Constantinopla desde Jerusalén y fue nombrado archidiácono de la iglesia de Santa Sofía, la Sabiduría de Dios. Durante el reinado del emperador Justiniano II (685-695), San Andrés fue ordenado obispo de la ciudad de Gortineia, en la isla de Creta. En su nueva posición brilló como una verdadera luminaria de la Iglesia, un gran jerarca, teólogo, maestro e himnógrafo.
San Andrés escribió muchos cantos para el servicio divino. Fue el creador de una nueva forma litúrgica: el Canon (explicaremos el de la Cuaresma al final del artículo)
San Andrés de Creta se hizo famoso por sus numerosas alabanzas a la Virgen María, toda pura. A él se atribuyen también el Canon de la fiesta de la Natividad de Cristo, tres odas para el servicio de Completas del Domingo de Ramos y también en los cuatro primeros días de la Semana de la Santa Pasión, así como versos para la fiesta del Encuentro del Señor, y muchas otras canciones eclesiásticas. Su tradición himnográfica fue continuada por los grandes melodistas eclesiásticos de épocas posteriores: Santos Juan de Damasco, Cosma de Maium, José el Melodista, Teófano el Escritor. También se han conservado edificantes sermones de San Andrés para ciertas fiestas de la Iglesia. Los historiadores de la Iglesia no son de la misma opinión en cuanto a la fecha de la muerte del santo. Uno sugiere el año 712, mientras que otros - el año 726.
Murió en la isla de Mitilene, cuando regresaba a Creta desde Constantinopla, donde había estado por asuntos eclesiásticos. Sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla. En el año 1350, el piadoso peregrino ruso Stefan Novgorodets vio las reliquias en el monasterio de Constantinopla que lleva el nombre de San Andrés de Creta.
El Gran Canon de la cuaresma:
Este Canon es la expresión más pura y verdadera del arrepentimiento. San Andrés compara cuánto Dios ha hecho por él para su salvación, con el estado de su alma pecaminosa y lo poco que ha hecho para responder a ese amor.
El canon consta de varios troparios penitenciales, a los que se responde con:
"Ten piedad de mí, oh Dios, ten piedad de mí".
Todas las meditaciones terminan con una invocación a María Santísima, seguida de una doxología final. Los temas de este gran Canon son extraídos de las Santas Escrituras, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
El Gran Canon contiene nueve odas, lo que lo convierte en uno de los pocos cánones en los que la segunda oda ha sobrevivido hasta el día de hoy. Este Canon, (que debe leerse lentamente sintiendo cada palabra), nos hace conscientes de nuestra vida pecadora y nos acerca por medio de la contrición y el arrepentimiento hacia Dios.
Consiste en un diálogo entre el pecador y su alma. En casi todas las odas del canon se pueden distinguir dos partes: la primera es una conversación con el alma sobre los pecados y el segundo es un grito de oración a Dios por misericordia.
La Iglesia ha llamado a este maravilloso Canon: GRAN Canon, no por su tamaño, sino por la fuerza de su contenido, por el grandioso poder y gran belleza poética de sus palabras.
El Gran Canon se canta dividido en cuatro partes en el servicio de las Completas Mayores de la primera semana de la Gran Cuaresma: lunes, martes, miércoles y jueves. Así como se lee/canta completo el jueves (= el miércoles por la tarde) de la quinta semana del Ayuno.
Merece mencionar aquí que la primera semana del ayuno se llama también: “el amanecer de la abstinencia” o “la semana de purificación”; por esto que este Canon "marca las pautas" que resonarán a lo largo de la Cuaresma.
Cuando San Andrés participó en el Sexto Concilio Ecuménico el año 680, encontró a su compatriota y maestro, San Sofronio, patriarca de Jerusalén, que hizo pública la vida de Santa María la Egipcia, un enorme ejemplo de arrepentimiento! Así es que San Andrés le dedicó en su honor algunos troparios y la Iglesia le dedica el 5to domingo de la Gran Cuaresma.
Acceso al Gran Canon de San Andrés
Este domingo, el 5to de la Cuaresma, conmemoramos a Santa María la Egipcia. Para conocer más sobre su vida, haz clic en el enlace: