La Liturgia de los catecúmenos (Las 3 Antífonas con la Pequeña Entrada)
La Divina Liturgia. Parte 6
Antífono, es una palabra griega que significa: “voz que responde”.
Esto se debe a que estos himnos litúrgicos son cantados por dos coros en forma alternada, con otras palabras: un coro responde al otro.
San Ignacio de Antioquía (†107), uno de los padres de la Iglesia y, más concretamente, uno de los padres apostólicos por su cercanía cronológica con el tiempo de los apóstoles, menciona ya el canto “antifonal” como práctica común.
Históricamente, los fieles cantaban las antífonas mientras caminaban en procesión hasta el lugar donde la Divina Liturgia iba a ser celebrada. Son himnos preparativos, que se culminan en la Entrada con el Evangelio.
Los textos de las antífonas varían entre la tradición eslava, que mayormente recita partes de salmos; y la tradición bizantina, que usa versículos cortos que se repiten. Ambos textos se encuentran en el anexo texto de la Divina Liturgia.
En los días de fiestas de la iglesia se intercalan adicionalmente diferentes estribillos según el tema del día.
Mientras los fieles cantan, el sacerdote eleva una oración en voz baja “para el bien de la iglesia entera”.
Después de la segunda antífona, se canta un himno conocido como el “Credo pequeño”, ya que era “el símbolo de fe” antes del Credo niceno-constantinopolitano, y era lo que los catecúmenos tenían que aprender y confirmar al bautizarse.
El Credo niceno-constantinopolitano, se confirma en la tercera parte de la Liturgia, cuando los catecúmenos ya no están presentes.
C: Oh, Hijo Unigénito y Verbo de Dios, Tú eres inmortal y tuviste la voluntad de encarnarte para nuestra salvación, de la Santa Madre de Dios y Siempre Virgen María, haciéndote hombre sin sufrir cambio alguno; fuiste crucificado, ¡oh! Cristo Dios, con la muerte venciste la muerte, siendo Uno de la Santa Trinidad, glorificado juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, sálvanos”
Este es un himno de fe en la divinidad de Cristo y Su Encarnación, Crucifixión, Muerte y Resurrección, como “uno de la Santa Trinidad” para la salvación de toda la humanidad.
En la tercera antífona se cantan según la tradición bizantina, los Troparios y Condaquios del día, así como los de la fiesta del día y del patrón de la iglesia.
Según la tradición eslava se cantan generalmente las Bienaventuranzas según San Mateo 5:3-12, con la frase introductoria, “Acuérdate oh Señor, de nosotros en Tu Reino.”: Lucas 23:42.
Troparios y Condaquios son versos pequeños en los que se describe individualmente facetas importantes del Santo o de la fiesta… “catequismo cantado”.
Mientras se canta la Tercera Antífona, se abren las Puertas Reales para la Pequeña Entrada; que es una solemne procesión de los celebrantes portando el Evangeliario, saliendo por la Puerta Norte hasta entrar por las Puertas Reales.
La Entrada con el Evangelio es también la unión del cielo y la tierra, y según algunos Padres de la Iglesia, simboliza también la entrada de Cristo en Jerusalén, camino a su Pasión y Resurrección.
La vela que procede la procesión simboliza al precursor y profeta San Juan Bautista, que anunció a Cristo antes de que Él empiece su misión:
Juan 1: 6-7…… “Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.”
Durante la procesión, el sacerdote cubre su cara con el Evangelio, para demonstrar la presencia de Jesús.
Al entrar al altar, el celebrante eleva el Evangelio y lo muestra al pueblo, simbolizando al Señor cuando empezó a mostrarse a la multitud.
El sacerdote pide a Dios que envíe a sus ángeles para que entren con él, participen en la sagrada liturgia y lo acompañen en sus alabanzas a Dios.
Aquél que fue anunciado por los profetas se ha manifestado.
Por esta razón ya no se oran o cantan más los textos de los profetas.
NOTA: CONTINÚA EL TEXTO DE LA DIVINA LITURGIA DE SAN JUAN CRISÓSTOMO. Publicación de la Hermandad Ortodoxa “San Sergio” Buenos Aires 1998.
LA PRIMERA ANTÍFONA:
Según la tradición bizantina se canta:
C: Por las oraciones de la Madre de Dios, oh Salvador, sálvanos. (3 veces).
En Grandes Fiestas, se intercalan versículos a esta Antífona.
* *
Según la tradición eslava se canta:
C: Bendice, alma mía, al Señor, bendito eres, Señor,
bendice, alma mía, al Señor y todas mis entrañas su Santo Nombre.
Bendice, alma mía, al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él es, quien perdona todas tus faltas, el que sana todas tus dolencias.
El que salva tu vida de la corrupción.
El que te corona con misericordia y favores.
Generoso y clemente es el Señor; paciente en exceso y grande en misericordia.
Bendice, alma mía, al Señor y todas mis entrañas su Santo Nombre.
Bendito eres, Señor.
* *
S: Una y otra vez, en paz, roguemos al Señor.
C: Señor, ten piedad.
S: Socórrenos, sálvanos, ten piedad de nosotros y guárdanos, oh Dios, por tu gracia.
C: Señor, ten piedad.
S: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María y a todos los Santos, encomendemos nosotros mismos, los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo Dios.
C: A Ti, Señor.
Sacerdote en voz baja…. la Oración de la Segunda Antífona:
Oh, Señor, Dios nuestro, salva a tu pueblo y bendice tu heredad, guarda la plenitud de tu Iglesia, santifica a los que aman la belleza de tu casa; glorifícalos a su vez por tu divino poder y no nos abandones a nosotros que esperamos en Ti.
Sacerdote en voz alta:
Porque tuyo es el poder, y tuyos son el Reino, la fuerza y la gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
C: Amén.
***
LA SEGUNDA ANTÍFONA:
Según la tradición bizantina se cantan los estribillos 3 veces:
a) el Domingo:
Sálvanos, oh Hijo de Dios, Tú que has resucitado de los muertos, a nosotros, que te cantamos: ¡Aleluya!
b) en Semana:
Sálvanos oh Hijo de Dios; Tú que eres admirable entre tus Santos, te cantamos Aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo….
…… y se repite el Estribillo del día.
Nota: Los estribillos varían según la fiesta del día.
* *
Según la tradición eslava se canta:
C: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…
Alaba, oh, alma mía al Señor. Alabaré al Señor en mi vida, cantaré salmos
a mi Dios mientras viva. No confíes en los príncipes, ni en los hijos de los
hombres porque en ellos no hay salvación. Saldrá su espíritu y volverá a su
tierra, en aquel día perecerán sus pensamientos. El Señor libera a los
cautivos, el Señor abre los ojos a los ciegos, el Señor levanta a los
caídos, el Señor ama a los justos. El Señor protege al extraño, al
huérfano y a la viuda, sostiene y destruye el camino de los pecadores.
Reinará el Señor para siempre, Tú, Dios, oh Sión. Por generación en generación.
En Grandes Fiestas, se intercalan versículos a la siguiente Antífona:
Sálvanos, oh Hijo de Dios; Tú que resucitaste de entre los muertos, te cantamos Aleluya. (3 veces).
En los días de semana, la Antífona se canta así:
Sálvanos oh Hijo de Dios; Tú que eres admirable entre tus Santos, te cantamos Aleluya.
* *
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Hijo unigénito y Verbo de Dios, Tú que eres inmortal y que te dignaste, para nuestra salvación, encarnarte en la Santa Madre de Dios y siempre Virgen María, y que sin cambio te hiciste hombre y fuiste crucificado, oh Cristo Dios, por la muerte habiendo vencido la muerte, siendo Uno de la Santa Trinidad, glorificado con el Padre y el Espíritu Santo, sálvanos.
S: Una y otra vez, en paz, roguemos al Señor.
C: Señor, ten piedad.
S: Socórrenos, sálvanos, ten piedad de nosotros y guárdanos, oh Dios, por tu gracia.
C: Señor, ten piedad.
S: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María y a todos los Santos, encomendemos nosotros mismos, los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo Dios.
C: A Ti, Señor.
Sacerdote en voz baja…. la Oración de la Tercera Antífona:
Tú que nos has concedido estas comunes y unánimes oraciones, y que has prometido otorgar las peticiones de dos o tres que se reuniesen en tu Nombre: cumple también ahora, Tú mismo, las peticiones de tus siervos en lo que les es beneficioso, dándonos en el presente siglo el conocimiento de tu verdad y en el futuro la vida eterna.
Sacerdote en voz alta:
Porque eres un Dios bueno y amas al hombre y te glorificamos, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
C: Amén.
Al iniciarse el canto de la Tercera Antífona, se abren las Puertas Reales para la pequeña Entrada.
***
LA TERCERA ANTÍFONA:
Según la tradición bizantina se canta:
1º Tropario: correspondiente al día Domingo, según el Ciclo de los ocho tonos.
2º Tropario: del Santo Patrono/Fiesta Titular de la Iglesia.
3º Tropario: de la Festividad o del Santo del día.
4º Condaquios: los correspondientes al día y fiesta.
* *
Según la tradición eslava se canta:
C: En tu Reino acuérdate de nosotros, oh Señor, cuando llegues en tu Reino.
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los hambrientos y sedientos de la verdad, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos obtendrán misericordia.
Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la Verdad, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados sois cuando os injurien y persigan, y dicen toda clase de mal contra vosotros por mi causa, mintiendo. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los Cielos.
* *
En los días de semana, la Antífona se canta así:
Sálvanos oh Hijo de Dios; Tú que eres admirable entre Tus Santos, Te cantamos Aleluya.
En las Grandes Fiestas, se canta el Tropario de la Festividad, intercalado con versos.
* *
LA “PEQUEÑA ENTRADA”:
Sacerdote en voz baja…. la Oración de la Pequeña Entrada:
Oh, Soberano y Señor, Dios nuestro que has establecido en los cielos las órdenes y las ejércitos de los ángeles y arcángeles para el servicio de tu gloria, haz que nuestra entrada sea también la entrada de los santos ángeles que sirven y glorifican con nosotros tu bondad. Porque a Ti corresponden toda gloria, honor y adoración, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Sacerdote en voz baja…. y bendiciendo la santa entrada reza:
Bendita es la entrada de tus santos, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Sacerdote en voz alta: ¡Sabiduría! ¡Estemos de pie!
C: Sálvanos, oh Hijo de Dios............
Domingo: .… Tú, que has resucitado de los muertos….
en semana: ... Tú, que eres admirable en tus santos….
………….a nosotros que te cantamos: Aleluya.
Nota: Los estribillos varían según la fiesta del día.
C: sigue cantando los Troparios y Kondakios correspondientes al día y a la Fiesta.
Sacerdote en voz baja…. la Oración del Trisagio:
¡Oh Dios Santo, que en lo santo encuentras tu reposo celebrado por la voz tres veces santa de los Serafines, glorificado por los Querubines, y adorado por todas las potestades celestiales! Tú, que de la nada has llevado todo al ser, que has creado al hombre a tu imagen y semejanza y lo has ornado de todos los dones de tu gracia; Tú, que concedes sabiduría y razón a aquel que las pide y no desprecias al pecador, sino que instituyes el arrepentimiento para su salvación, Tú, que nos has vuelto dignos, humildes e indignos servidores tuyos, de mantenernos, en esta hora, ante la gloria de tu santo altar y de tributarte la adoración y la alabanza que te es debida; Tu mismo, Soberano, recibe también de nuestros labios pecadores el himno trisagio y visítanos en tu bondad; perdónanos toda falta voluntaria e involuntaria, santifica nuestras almas y nuestros cuerpos y concédenos servirte en santidad todos los días de nuestra vida, por la intercesión de la santa Madre de Dios y de todos los santos que desde el principio de los siglos te han sido agradables.
Sacerdote en voz alta:
Porque eres santo, oh Dios nuestro, y Te glorificamos, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
C: Amén.
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