El Cuarto Concilio Ecuménico y el milagro de la Santa Mártir Eufemia
El Concilio celebrado en el año 451, tuvo lugar en la iglesia donde se encontraban las reliquias de la Santa Mártir Eufemia.
En este artículo nos enfocaremos más en el milagro y el Concilio Ecuménico que marcaron un punto crucial en la vida de la Iglesia y su relación con los fieles.
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Ciento cuarenta y ocho años después del martirio de Eufemia, en el año 451, el emperador Marciano y la emperatriz Pulqueria convocan el Cuarto Concilio Ecuménico en Calcedonia, al cual asistieron 630 representantes de las Iglesias.
El Concilio tuvo lugar en la iglesia donde se encontraban las reliquias de la Santa.
El tema principal de este Concilio era el debate sobre la naturaleza de Cristo, ya que se expandía la herejía monofisita (= una naturaleza de Cristo = sólo la Divina), mientras que, según la enseñanza de la Iglesia, Cristo tiene las dos naturalezas en una Persona: la naturaleza Divina y la naturaleza Humana.
Verdadero Dios, por tener la misma esencia de Dios -Padre.
Verdadero hombre, por su encarnación a través de la Virgen María.
Ya que las dos partes, a pesar de sus debates y argumentos no pudieron llegar a una resolución, propuso el patriarca Anatolio de Constantinopla dejar la decisión al Espíritu Santo, a través de las reliquias de Santa Eufemia, cuya tumba se hallaba en la Iglesia.
Ambas partes escribieron sus creencias en textos separados y sellados.
Se abrió la tumba de la Santa y se colocaron las dos diferentes confesiones en su pecho.
Se selló la tumba con el sello imperial, ante el emperador Marciano.
Durante tres días una guardia vigilaba el ataúd, mientras que todos los participantes se dedicaban a la oración y el ayuno.
Al cuarto día se abrió el ataúd con las reliquias en presencia del patriarca y del emperador.
La decisión del Espíritu Santo no dejó dudas de la fe verdadera: el tomo con la confesión de las dos naturalezas en una Persona se encontró en la mano derecha de Santa Eufemia, y el tomo de la herejía monofisita estaba a sus pies. Santa Eufemia, levantó la mano y le dio el tomo al patriarca.
Dos de las varias conclusiones del Concilio:
Confirmó la doctrina de las dos naturalezas de Cristo - divina y humana en una persona - tal como se definió en los Concilios anteriores, y condenó la teoría Monofisita. La doctrina de las dos naturalezas de Cristo, es conocida como el “Credo de Calcedonia”.
Confirmó el símbolo Niceno y el Constantinopolitano del I Concilio (año 325) y del II Concilio (año 381), no aceptando otras versiones.