Sábado Santo: Gran Sábado o Sábado de la Gloria
El Sábado Santo, es el eje entre la tristeza del viernes y la alegría del domingo, aunque está más allegado a la Resurrección y al triunfo sobre la muerte.
Conmemoramos:
la sepultura del Cuerpo Divino, el descenso de nuestro Señor al Hades, volviendo nuestro género de la corrupción a la Vida Eterna y el ladrón arrepentido en la cruz.
El descendimiento del Señor al Hades es un ´tópico muy importante en nuestra doctrina ortodoxa, porque en aquel día Cristo conquistó el reino del maligno en su propio dominio y se anunció como Salvador para aquéllos que no tuvieron la suerte del anuncio antes de Su Encarnación.
Mateo 27: 52 – 53:
“Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron… y se aparecieron a muchos”
Extracto del himno de maitines:
” Descendiste a la tierra para salvar a Adán; y al no encontrarlo, Soberano, descendiste al infierno buscándole”.
Este día es considerado como el inicio de la victoria; el Evangelio de hoy es el Anuncio de la Resurrección, Mateo 28: 1 – 20; pero todavía se conserva el ayuno.
En la iglesia primitiva los catecúmenos recibían en este día el bautismo y se revestían de una túnica blanca que simboliza un estado de pureza lograda por el don del Espíritu Santo.
En el Altar y en toda la iglesia se reemplaza las vestimentas de luto por blancas y el sacerdote arroja sobre los fieles el laurel anunciando que nuestro Salvador ha vencido y que, por su Cruz, ya somos vencedores.
El blanco simboliza al “ángel vestido en túnicas blancas”, que anunció la Resurrección de Cristo a las Miróforas, cuando se acercaron:
“temprano por la mañana aun estando oscuro" y vieron la tumba vacía.
El sacerdote, vestido de blanco, al igual que el ángel, anuncia a los fieles por medio de la lectura del Evangelio sobre la Resurrección de Cristo.
Mientras que esperamos anhelosamente su Resurrección, la creación es convocada en Cristo para recibir la LUZ SANTA QUE SALE DEL SANTO SEPULCRO.
Con el mensaje de Pascua de la tumba brilló e iluminó el mundo entero.
A primera hora de la mañana, los diáconos ortodoxos, en presencia de armenios, coptos, siríacos, franciscanos y otras instituciones, inspeccionan la capilla de la Tumba del Señor, que esté libre de toda fuente de luz o fuego, cierran la entrada con una mezcla de miel y cera y la sellan con los correspondientes timbres.
Este rito se realiza de la misma manera desde hace al menos seis siglos, incluso se remonta a la Iglesia de Constantino, en el siglo IV, mucho antes de la separación de las Iglesias occidental y oriental.
Los jóvenes palestinos del barrio cristiano entran en la Basílica en procesión, con cánticos y tambores de gozo, en espera de la llegada del patriarca y del Santo Fuego. Todos los fieles llevan un manojo de 33 velas, que recuerdan los años de la vida de Jesús.
El Patriarca ortodoxo, entra a mediodía en solemne procesión con cantos tradicionales, acompañado del clero, que dan tres vueltas alrededor de la Tumba.
Despojado de sus ropas sagradas, entra el Patriarca solo en la capilla de la Tumba, llevando dos manojos de 33 velas, seguido por el Patriarca armenio, que permanece en la antesala, en la “Capilla del Ángel” y será el único testigo.
Allí, arrodillado, el clérigo recita una oración especial por la llegada del Fuego. En ese momento una luz desciende a la Tumba y enciende la lámpara.
Una vez que el Patriarca sale de la Tumba del Señor con las velas encendidas, distribuye este fuego según la tradición: por la ventanilla derecha al sacerdote de la comunidad palestina ortodoxa local, por la ventanilla izquierda al sacerdote armenio y sale a la entrada principal de la capilla, de donde los presentes inmediatamente encienden sus velas y en unos instantes entre lágrimas, cantos y alegría, la basílica se convierte en una llama única. Los fieles pasan este fuego por todas las partes de su cuerpo como bendición por su carácter sagrado.



Inmediatamente las Llamas Sagradas se llevan en lámparas a todas las otras ciudades en la Tierra Santa, donde se reciben con ceremonias majestuosas.
Al mismo tiempo esperan aviones en el aeropuerto para transportar este Fuego a las principales iglesias ortodoxas en diferentes países. Y es muy hermoso que en todas las iglesias ortodoxas se espere la llegada del Santo Fuego del Santo Sepulcro para celebrar la Vigilia Pascual.
Las iglesias cuidan todo el año que esa llama no se apague, encendiendo continuamente las lámparas de aceite en la iglesia.
Según la tradición, sin el Patriarca ortodoxo, no puede producirse el milagro.
Este signo es para la Iglesia Ortodoxa muy importante, porque el arcángel Gabriel baja del cielo para traer esta luz, y a esta benevolencia atribuyen la supremacía de la Iglesia Ortodoxa sobre las demás Iglesias.
La realidad de este milagro se afirma en los siguientes relatos históricos:
* En el Sábado Santo del año 1579, las autoridades turcas en Jerusalén prohibieron al patriarca ortodoxo Sofronio y a los creyentes entrar a la Iglesia de la Resurrección para el culto tradicional y recibir el Fuego Santo.
La guardia turca les bloqueó la entrada al templo y los cristianos se vieron obligados a rezar afuera, pero el fuego bendito no descendió durante varias horas. De repente, un rayo cayó del pilar del templo y se encendieron las velas de los que oraban afuera. La grieta que quedó en la columna después de ser cortada por la Llama Divina todavía es visible para todos los peregrinos.
* El primer patriarca latino en Jerusalén Arnulf Malecorne de Chocques, que llegó con las Cruzadas, comenzó a torturar a los monjes ortodoxos, buscando dónde guardaban la Santa Cruz y otras reliquias.
Unos meses más tarde, en el año 1099, Arnulf fue reemplazado en el trono por Daimert (Dagobert) de Pisa, quién aún fue más lejos. Trató de expulsar a todos los cristianos palestinos locales e incluso a todos los ortodoxos del Santo Sepulcro generalmente privándoles de sus derechos y admitir sólo a los latinos que empiezan a llegar con las cruzadas.
En el año 1101, prohibieron a los ortodoxos celebrar el rito del Sábado del Santo Fuego. Viendo que a pesar de horas y horas de oraciones con el patriarca latino y sus fieles nada pasaba, permitieron al patriarca ortodoxo entrar con sus fieles. Al ver que el milagro ahora sucedió, el Rey Balduino se ocupó de la devolución de los derechos de los ortodoxos locales.
* Los investigadores modernos también intentaron estudiar la naturaleza de este fenómeno. En su opinión, es posible producir fuego artificialmente. También es posible la combustión espontánea de mezclas químicas y sustancias; pero ninguno de ellos es similar a la apariencia del milagroso Fuego Sagrado.
Después de haber recibido la Luz del CREADOR de la Luz, los fieles piadosamente esperan la llegada de la medianoche y entrar al domingo, en el cual comienza la Radiante Alegría Pascual de la grandiosa festividad de la Resurrección de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Uno de los himnos:
“Levántate, oh Señor de Misericordia,
y levántanos contigo de las profundidades del infierno”.