¿QUÉ SON LOS “SEIS SALMOS”?
Los “Seis Salmos” es una de las partes más importantes del oficio de Maitines en nuestra Iglesia Ortodoxa.
Se leen en cada servicio matutino, todos los días del año, incluyendo sábados y domingos (con excepción de la Semana Santa Brillante).
Las Vísperas y los Maitines, son dos servicios interconectados que simbolizan los tiempos del Antiguo y Nuevo Testamento respectivamente.
Estos salmos aclaran, que sólo los que le temen, los justos, los mansos y humildes de espíritu, lo reconocerán, aceptarán su Palabra y encontrarán la salvación.
Las Vísperas terminan: el tiempo del Antiguo Testamento terminó.
Este estado de transición de la oscuridad del Antiguo Testamento a la luz del Nuevo Testamento se refleja en el contenido de los Seis Salmos. Veremos como un hilo el intercambio de oscuridad y luz, de anochecer y amanecer.
Los Seis Salmos simbolizan el Juicio Final
Por esta razón se leen con mente dirigida a esta temible hora… con una seriedad del entorno: para que la atención de los fieles no se distraiga con nada durante su lectura y puedan profundizarse en el significado de los salmos.
Se cierran las Puertas Reales, se apagan las luces, se apagan las velas, los fieles permanecen parados, el lector desde el centro del templo, en nombre de todos los creyentes, pronuncia las palabras de los salmos: una oración de dolor, arrepentimiento y esperanza.
Uno debe permanecer erguido y reverente, como si estuviera ante el mismo Cristo, no distraerse, no caminar alrededor del templo, con atención a las palabras del salmo y con temor de Dios, reflejando la venida del Salvador al mundo.
En la antigüedad se leía en las vigilias el Salterio completo = los 150 salmos. La forma actual con seis salmos entró en el culto de la iglesia alrededor del siglo VII.
El criterio de la elección justamente de estos seis salmos no es conocida, pero seguro que no fue accidental… fue realizada por el Espíritu Santo mismo y tiene un profundo significado espiritual.
Los Seis Salmos son: salmo 3, 37 62, 87, 102 y 142
Se leen en dos partes, conectadas con una doxología después del 3er salmo:
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya, Aleluya, Aleluya, Gloria a ti, oh Dios. 3x.
Señor, ten piedad……. 3x.
Gloria al Padre …………… Ahora y siempre …………… Amén.