Es la carta más corta con sólo un capítulo, en la que el apóstol usa mucha retórica por la delicadeza del tema:
El esclavo Onésimo se escapa de su amo Filemón y Pablo le pide a Filemón que lo reciba como hermano…. igualdad en cambio de castigo y esclavitud… condiciones completamente nuevas (y para su tiempo absurdas) entre amo y esclavo fugitivo.
Fue escrita por el apóstol con la ayuda de su discípulo Timoteo dirigida a Filemón.
Filemón era un cristiano, posiblemente un converso griego de Colosas (actual Honaz/Kolossai en Turquía), a quién Pablo ya conocía.
La carta se dirige también a Apia y Arquipo, (¿esposa e hijo de Filemón?) “y a toda la comunidad que se reúne en su casa” …. Fil 1:2.
A pesar de que el tema tiene que ver sólo con Filemón, Pablo parece comprometer más a Filemón, tratando el tema ante la iglesia de Jesucristo.
Esta carta la escribe Pablo otra vez del cautiverio… y otra vez el lugar es controvertido entre los estudiosos…. ¿Roma o Éfeso?
Las condiciones relativamente “libres” viviendo con Timoteo, recibiendo visitas (Onésimo en este caso), dan a pensar en el arresto en casa en Roma.
Por el otro lado Roma tenía ya en el siglo I un sistema perfeccionado en la búsqueda de esclavos fugitivos.
El encarcelamiento de Pablo en Éfeso “encaja mejor”, ya que el peligro de detectar esclavos fugitivos era mínimo.
Los planes de viaje del apóstol también se acoplan mejor a Éfeso: “Además, prepárame alojamiento, pues, gracias a la oración de todos ustedes, espero serles devuelto”. Fil. 1:22.
Éfeso está a 210 km. de Colosas, mientras que Roma a 2800 km.
Por supuesto los estudiosos tienen más criterios que analizar, como cuándo se escribió la carta, etc.
El tema principal:
Onésimo - que ha escapado de su dueño, recurrió a San Pablo esperando ayuda.
Pablo no sólo se convirtió en un padre para Onésimo, sino que lo bautizó y ahora interviene por él.
Pablo se dirige a su amigo Filemón, primero elogiándolo:
Fil.1:7: “Pues tuve mucho gozo y consuelo al tener noticias de tu caridad, ya que
nuestros hermanos se sienten confortados por ti”.
Sigue con su carta explicándole a Filemón que esta carta es una carta de solicitud y no carta de orden - que la tendría por su autoridad apostólica:
Fil. 1:8-9: “Por eso, aunque tengo en Cristo plena libertad para ordenarte lo que tendrías que hacer, prefiero pedírtelo por amor…”.
Y ya empieza Pablo con su petición:
Fil. 1:10: “y la petición es para mi hijo Onésimo, a quien transmití la vida mientras estaba preso”.
Pablo trata a partir de aquí (retóricamente) a intervenir por Onésimo y amortiguar la situación:
Fil. 1:15: “A lo mejor Onésimo te fue quitado por un momento para que lo ganes para la eternidad”.
Pablo usa la palabra “ejorísthi”, con el sentido de “salir, apartarse”. Con otras palabras, se fue sin permiso, pero después de un tiempo volverá voluntariamente.
En el caso de escape un esclavo no vuelve.
De Colosenses 4:9 sabemos que Onésimo volvió y llevó esta carta.
Con “transmitir la vida” en Fil 10, Pablo se refiere al bautismo de Onésimo. Y aquí viene el “PUNTO DE GIRO” … Onésimo se transforma de esclavo en hermano de su amo, esta es la consecuencia:
Fil. 1:16: “Ya no será esclavo, sino algo mucho mejor, pues ha pasado a ser para mí un hermano muy querido, y lo será mucho más todavía para ti”.
San Pablo no sólo le pide que perdone a Onésimo, que no lo castigue, que lo reciba como hermano, sino incluso está dispuesto a pagar el perjuicio causado por Onésimo.
Fil. 1:17-18: “Por eso, en vista de la comunión que existe entre ti y yo, recíbelo como si fuera yo. Y si te ha perjudicado o te debe algo, cárgalo en mi cuenta”.
Retóricamente Pablo no deja a Filemón mucho margen para decidir… especialmente si la carta es leída delante de la comunidad.
Pero Pablo es también optimista y tiene confianza en Filemón.
Fil. 1:21: “Te escribo con plena confianza en tu docilidad; sé qué harás mucho más de lo que te pido”.
Al final Pablo manda saludos de sus ayudantes empezando por Epafras, su compañero que fundó la comunidad de Colosas.
Fil. 1:23: “Te saluda Epafras, mi compañero de cautividad en Cristo Jesús”.
FIN: Fil. 1:25: “Que la gracia de Cristo Jesús, el Señor, esté con ustedes. Amén.”
Por ser una carta tan personal, esta carta no contiene enseñanzas, exhortaciones o doctrinas. Pero toda la situación y su desarrollo deja claro lo que un hijo de Dios tiene que incorporar, siguiendo el ejemplo de Pablo, Filemón y Onésimo:
amor, misericordia, perdón, obediencia, reconciliación y arrepentimiento.