El autor de esta carta es sin duda Pablo y es una de las cuatro cartas que escribió desde una prisión, muy posible escrita durante su primer cautiverio en Roma.
Pablo predicó tres años en Éfeso, una comunidad probablemente fundada por Aquila y Priscila, el matrimonio que Pablo conoció en Corinto.
La carta a los Efesios es una de las pocas cartas que no fue escrita como reacción a alguna herejía, o contestando preguntas, sino que es evangelio puro, es un tratado teológico.
Pablo da una instrucción general en la obra redentora de Dios en Cristo, en la unidad de la iglesia entre los diversos pueblos: judíos y gentiles, y en la conducta apropiada en la iglesia, en el hogar y en el mundo.
Esta carta tiene palabras especiales, que no se mencionan en otra carta: como “en Él”, “en Cristo”, “lugares celestiales”, “congregación”, “consejo de Dios”.
La palabra “amor” se menciona veintiuna veces. La palabra “misterio” se menciona seis veces.
ESTRUCTURA:
La carta claramente estructurada en dos partes:
Es la parte introductoria con explicaciones doctrinales del Evangelio. Nos muestra los planes eternos de Dios con respecto a Cristo, a los creyentes y a la congregación.
Aprendemos el propósito divino para dar nueva vida a los espiritualmente muertos:
resucitando con Cristo, y siendo transferidos con Él a los lugares celestiales:
Efesios 2: 1-2: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo”.
Efesios 2: 6: “Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.”
Otra enseñanza es que judíos- cristianos y gentiles-cristianos forman el hombre nuevo, la congregación de Dios y son miembros de Su casa:
Efesios 2: 11-13: “Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”.
Efesios 2: 19: “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.”
Pablo, como apóstol de los gentiles, no sólo recuerda que judíos-cristianos y gentiles-cristianos están unidos en un solo cuerpo; sino que enfatiza el ministerio especial que se le dio para dar a conocer la verdad de Cristo.
Pablo fue el “vaso escogido” a quién se le confió la misión de este misterio, y él lo medió:
Efesios 3: 6-7: “... que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder.”
Con otras palabras:
nosotros los cristianos somos el pueblo escogido, el pueblo de Israel.
Pablo recalca la generosa gracia de Dios:
Efesios 3: 20: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”.
Es la parte más larga con una instrucción ética y práctica, que nos muestran cómo vivir en nuestra vida cotidiana en Cristo, para lograr la salvación.:
En primer lugar, se trata de relaciones que tienen que ver con la unidad de todos los cristianos en un solo cuerpo.
Efesios 4: 2-6: “Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos”.
Finalmente, al partir del capítulo 4: 25 hasta el final, el apóstol expone varios comportamientos que tienen que ver con la nueva vida en Cristo:
Efesios 4: 22-24: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.
El estándar de guía práctica es en esta carta, el más alto que en todas las demás cartas.
La carta a los Efesios es también una carta de superlativos:
* “ la supereminente grandeza de su poder” (Ef 1,19)
* “las abundantes riquezas de su gracia” (Ef 2,7)
* “la multiforme sabiduría de Dios” (Ef 3,10)
* “el amor de Cristo que excede a todo conocimiento” (Ef 3,19).
Es una riqueza leer toda la carta a los Efesios…. que con razón ha sido llamada la “corona” de todas sus cartas.