San Pablo estaba bajo arresto domiciliario en Roma cuando escribió esta carta a los Filipenses.
Algunos estudiosos consideran Caesarea Maritima como lugar de prisión y de la carta.
Mientras que las otras cartas del apóstol transmiten instrucciones doctrinales, esta es principalmente una carta llena de alegría, agradecimiento y cariño a la iglesia de Filipos, que él fundó en un segundo viaje misionero.
Filipos era su “iglesia favorita”. Pablo insiste en agradecerles por la ayuda que le han dedicado en diferentes situaciones tan difícil, justamente en momentos que otros ya se olvidaron de él. Esta carta se conoce también como la “carta de amistad”.
Filipenses 4:15-16:
“Cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; pues aún a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades”.
Pablo amaba esta comunidad y lo expresa usando “Avgaphto”, que viene del término Ágape.
Este era uno de los tres términos para “amor”, y es el amor más desinteresado, puro e incondicional…. como el de Cristo.
Pablo sabía que estas podrían ser sus últimas palabras para ellos, por eso las expresa con tan profundos sentimientos.
Filipos de Macedonia, (hoy en Grecia), era una importante ciudad en el imperio romano, por donde pasaba el camino principal a Roma.
En los Hechos de los Apóstoles 16 podemos leer de sus primeras conversiones, un milagro y encarcelamiento.
En general, el ministerio de Pablo en Filipo fue exitoso.
Filipenses 1:4-8:
“…desde el primer día hasta ahora...os tengo en el corazón...os amo a todos vosotros
con el entrañable amor de Jesucristo”.
Filipenses 1:8:
“Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo”.
Preocupación de la comunidad por Pablo:
En su ardor por servir al Señor sirviendo a Pablo, Epafrodito enfermó gravemente y estuvo a punto de morir. Dios le concedió la salud y Pablo envió a su amigo de vuelta a casa con el recién escrito manuscrito de Pablo a sus destinatarios: la iglesia de Filipos.
Los filipenses estaban preocupados por el hecho de que Pablo estaba sufriendo y de que pudiera morir o en la cárcel o asesinado o en una ejecución pública…. todos estos temores eran justificados.
Ante estas tristes posibilidades los filipenses se dedicaron a orar por el bienestar de Pablo.
Filipenses 1:19-20:
“Porque sé que, por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, conforme a mi anhelo y esperanza...será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte”.
Pedro, por su parte luchaba con la tensión entre el peligro de muerte, dolor y temor.
Como ser humano tenía debilidades tal como las nuestras y por su estado de ánimo ve el escape de la vida: su muerte como la única esperanza y alivio.
Pero intensivamente quería vivir y predicar – seguir llevando el evangelio a nuevas almas y traer la salvación al mundo.
Pedro se entrega bajo la Voluntad de Dios, viendo en ambos casos el lado positivo.
Al morir, ve su participación en los sufrimientos de Cristo:
Filipenses 3:10:
“…y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte”.
Al vivir, ve la continuación de su exitosa misión de evangelización:
Filipenses 1:12-13:
“Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás”.
Conclusión: vivir en Cristo nunca es una pérdida:
Filipenses 1:20-21:
“ ….. también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”.
Preocupación de Pablo por la comunidad.
Hay tres razones, por las cuales el apóstol se preocupa y aconseja en su escrito.
Filipenses 3: 1:
“Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro”.
1. Las falsas enseñanzas:
2. Las persecuciones:
La sangre de los mártires defendiendo la fe, fueron la semilla del cristianismo primitivo. Las persecuciones eran “pan cotidiano” en ese tiempo debido a los muchos enemigos que quisieron extinguir el cristianismo.
Filipenses 1: 27-29:
“Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios. Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no solo que creáis en él, sino también que padezcáis por él”.
Sólo con una fuerte fe y el coraje de mantenerla, se puede confrontar la presión y persecución; esta firmeza, es lo que Pablo quería enraizar en sus fieles, siendo él el mejor ejemplo.
Posiblemente debido al cautiverio, el apóstol recuerda a la comunidad de regocijarse en tiempos difíciles y de sufrimiento, siguiendo el ejemplo de Cristo.
La humillación de Cristo dirigió a su resurrección. La meta es seguir al Señor.
3. Los conflictos entre los miembros de la comunidad:
San Juan Crisóstomo en su homilía sobre Filipenses, habló de ellas:
“Estas mujeres me parecen ser las principales [kephalaión] de la Iglesia que estaba allí.” “Pablo cuenta a estas mujeres como sus colaboradoras)”.
La identificación como “kephalaión” = “cabeza” de la iglesia, demuestra que ejercían un liderazgo importante en la comunidad.
La razón del conflicto entre ellas no se menciona en la carta, pero era evidentemente público, e incluso podría haber estado causando divisiones en la misma iglesia al tomar partido por una u otra.
La gravedad de este desacuerdo obligó a que Pablo lo tratara en su carta, ya que el comportamiento era una amenaza a la unidad de la comunidad.
El hecho de que Pablo apela a Evodia y a Síntique a que: “sean de un mismo sentir en el Señor”, invita a especular que el desacuerdo entre ellas tenía un carácter doctrinal.
La palabra sentir tiene aquí el sentido de: pensar con el mismo punto de vista.
Pablo no sólo exhorta en amor, no ordena y trata a ambas mujeres con igualdad, sino que, como buen guía, ofrece ayuda para solucionar el problema.
Pablo pide la ayuda de un compañero fiel para que medie entre Evodia y a Síntique.
Filipenses 4: 3:
“Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a estas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida”.
En los saludos finales de esta carta vemos dos peculiaridades:
los santos y la casa de César
Filipenses 4:21-22:
“ Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo os saludan. Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa de César.
¿Quién eran los santos según san Pablo?
Los santos son todos los que toman la decisión de seguir a Jesucristo y cumplen su voluntad… “hacedores de la palabra”.
Pablo quería que vivan una vida santa, de manera que el Espíritu Santo more en ellos, para que a través del Espíritu Santo puedan servir al prójimo.
¿Saludos de los santos de la casa de César?
La casa de César incluía no sólo al emperador de Roma con su familia (Nerón, en el tiempo de Pablo), sino también sus servidores.
Los servidores eran los sirvientes, la guardia personal y general, los empleados civiles, etc.
Todos estos empleados pertenecían a la casa de César, independientemente si vivían en el palacio en Roma o en los territorios del imperio.
Los saludos de los santos de esta casa demuestran que hasta la prisión fue un campo exitoso para Pablo y su evangelización.
El hecho de que los saludos de la casa de César podían llegar de Roma o de Caesarea Maritima / Palestina, donde el apóstol también estaba en prisión, no facilita a los estudiosos definir definitivamente el lugar de origen de esta carta.
FINAL: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén”.