La Divina Liturgia es una rememoración perpetua del gran acto de amor hecho por Cristo para nosotros. En ella se renueva la Vida de Nuestro Señor, desde su nacimiento hasta su ascensión al Cielo.
Desde los primeros siglos, los cristianos rezaban en reuniones en las cuales celebraban sobre todo el Oficio de la Santa Eucaristía, en cumplimiento de las palabras de Jesús en la Última Cena: "HACED ESTO EN MEMORIA MÍA".
Esta ceremonia fue instalada por Cristo mismo en la Última Cena, con sus palabras:
Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: “Tomad y comed, esto es mi Cuerpo".
Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados”.
Al principio, este oficio de la santa Eucaristía fue llamado “la partición del pan”, por ser el centro fundamental de las reuniones.
En los primeros años del cristianismo, no había un patrón establecido para la adoración. En cada comunidad cristiana, la Liturgia se realizaba con sus propias peculiaridades, incluyendo salmos, himnos, enseñanzas de la palabra de Dios y al final una comida con todos los creyentes, pero siempre conservando intocablemente las palabras del misterio de la santa Eucaristía, convocando el Espíritu Santo para la mística transformación del pan y vino en el Cuerpo y Sangre del Salvador.
Después del reconocimiento del Cristianismo en el siglo cuarto como religión del estado, el número de creyentes aumentó de tal manera, que este oficio tal cual ya no era practicable. Poco a poco se fue consolidando la experiencia de realizar oraciones tomando la forma de un rito litúrgico.
Así, se formaron o "cristalizaron" los ritos de las Liturgias que llevaban los nombres de los apóstoles: por ejemplo, la Liturgia Antioqueña de los 12 Apóstoles, la Liturgia del Apóstol Marcos y la Liturgia del Apóstol Santiago.
Con base en los testimonios del libro de los Hechos y de la primera epístola a los Corintios: Hechos 2:42-46; 20:7-12; y 1 Cor. 10:14-22; 11:18; se puede suponer que el servicio eucarístico ya en los tiempos apostólicos lejanos se realizaba "según el orden", aunque esta sucesión no estaba escrita, sino que se conservaba oralmente.
El rito litúrgico más antiguo de la Iglesia de Jerusalén, se remonta a su fundador, el santo Apóstol Santiago y primer obispo de Jerusalén, esta liturgia nos conecta con la cuna misma del cristianismo: la comunidad primitiva de Jerusalén, Madre de todas las iglesias cristianas. La importancia de esta tradición es que la Iglesia de Jerusalén tuvo su primera liturgia local sobre una base apostólica. Los apóstoles no sólo eran predicadores del Evangelio de Cristo, sino también institutores de los Sacramentos.
La expresividad de las oraciones de la liturgia del apóstol Santiago nos recuerda la situación y la fe de los primeros cristianos. Contiene por ejemplo peticiones para los hermanos que soportan la persecución y reciben la corona del martirio. San Santiago por ejemplo, terminó su vida hacia el año 64 con una muerte de mártir: los líderes judíos lo arrojaron del pórtico del templo de Jerusalén.
Existe una antigua tradición, aceptada por toda la Iglesia, de que los primeros ritos litúrgicos fueron compilados por los apóstoles Santiago, para Jerusalén-Antioquía; y Marcos, para las comunidades locales egipcias.
La Liturgia de San Santiago, se celebra normalmente tres veces al año:
En la fiesta del Apóstol Santiago , el 23 de octubre juliano = 5 de noviembre gregoriano.
El domingo después de la Natividad de Cristo y
En el Concilio de los 70 Apóstoles , el 4 de enero juliano = 17 de enero gregoriano.
Algunas de las características de la Liturgia de San Santiago:
La liturgia se celebra en el medio de la iglesia (fuera del iconostasio); es una comunidad en la que el obispo litúrgico, el clero y el pueblo forman un todo único en Cristo.
Las letanías y las Sagradas Escrituras son leídas por los diáconos de cara al pueblo, no al altar.
No sólo se leen los libros del Nuevo, sino también del Antiguo Testamento, y la lectura de las Sagradas Escrituras se realiza en el centro del templo.
El obispo celebra la Liturgia con un phelonion sacerdotal (vestidura sacerdotal de la Iglesia Ortodoxa Oriental similar a la casulla occidental). Los sacerdotes no llevan sus cruces pectorales y los subdiáconos no participan en el culto.
En esta Liturgia no se realiza la Proskomidia. (La Proskomidia se explicará en una futura serie sobre la Liturgia de San Juan Crisóstomo).
No se leen las horas: tercia y sexta.
No sólo el clero, sino también los laicos participan en la comunión que se realiza por separado: primero con el Santo Cuerpo y luego, de la copa, con la Santa Sangre.
La comunión de los laicos con una cuchara se generalizó en el siglo VIII.
Hoy, sólo el clero en el altar recibe la comunión de esta manera separada.
Con el tiempo la liturgia del Apóstol Santiago, fue reemplazada por las liturgias de San Basilio el Grande: Arzobispo de Cesárea en Capadocia, de principios del siglo 4, y de San Juan Crisóstomo: Arzobispo de Constantinopla, fines del siglo 4. Las Liturgias del apóstol Santiago, los santos Basilio el Grande y Juan Crisóstomo interactuaron estrechamente, incluyendo elementos entre sí.
La Liturgia de San Basilio el Grande y
la Liturgia de San Juan Crisóstomo difieren muy poco; la principal diferencia está en las oraciones secretas/en voz baja del sacerdote, que en la Liturgia de San Basilio son más penitenciales y mucho más largas, consecuentemente el coro canta más lento y la Liturgia es más larga.
Otra de las diferencias:
La Epiclesis (invocación del Espíritu Santo para perfeccionar la Consagración de los Dones) se diferencia en que San Juan Crisóstomo dice: " Haz de este pan el precioso Cuerpo de Tu Cristo" y " Haz lo que está en este cáliz en la Sangre preciosa de Tu Cristo", mientras San Basilio dice:
"Este pan es en verdad el precioso Cuerpo de nuestro Señor, y Dios y Salvador, Jesucristo" y "Este cáliz es en verdad la preciosa Sangre de nuestro Señor, y Dios y Salvador, Jesucristo ... que fue derramada por la vida del mundo ". Entonces, para San Juan Crisóstomo, la transformación se está produciendo en el presente, mientras que para San Basilio ya es un hecho consumado.
La Liturgia de San Basilio se celebra diez veces al año:
Los cinco domingos de la Gran Cuaresma.
El Jueves Santo y Sábado Santo
Vísperas de la Natividad / Navidad y Teofanía / Epifanía.
En la fiesta del Santo: 1 de enero juliano = 14 de enero gregoriano.
Dado que la Liturgia de San Juan Crisóstomo se ha convertido hoy en día en la Liturgia que se celebra regularmente en la Iglesia Ortodoxa, (con excepción de los datos ya mencionados para las otras Liturgias), le dedicaremos una explicación más amplia en los próximos escritos.
A fines del siglo 5 y comienzos del siglo 6 apareció una nueva Liturgia,
la Liturgia de los Dones Presantificados atribuida a San Gregorio el Dialoguista, Papa de Roma. El nombre de “Presantificado” deriva del hecho que en ella se omite la Consagración, ya que los Dones han sido consagrados anteriormente.
Esta Liturgia se celebra: * de lunes a viernes en la Gran Cuaresma.