1 era
2da
El segundo viaje de Pablo lo llevó a Europa. Partiendo de Atenas, Pablo con sus discípulos Silas y Timoteo trajeron la palabra de Dios a Corintos donde tuvieron un gran éxito, bautizando a muchos creyentes.
Pablo fundó la iglesia en Corinto y residió un año y medio. Vivía y trabajaba en la casa de Aquila y Priscila fabricando tiendas…. posible durante los Juegos Ístmicos que tuvieron lugar en la primavera del 51 d.C.
Pablo predicaba en la sinagoga, pero con el crecimiento de la comunidad cristiana, crecía la oposición judía, que le prohibieron seguir sus enseñanzas en la sinagoga.
El nuevo centro de enseñanza fue entonces la casa de Justo, y según los Hechos de los Apóstoles, fue en Corintos donde el apóstol se dirigió por primera vez a los gentiles.
Corintos era un gran centro económico por su ubicación estratégica entre Asia y Europa, de aquí la diversidad del pueblo cosmopolita, especialmente judíos, griegos y romanos, donde predominaba el paganismo.
Debido al comercio intercontinental, la ciudad era rica y atraía a la nobleza de Roma, cuyo interés era sólo mostrar su riqueza. De aquí se origina la palabra española (del latín) “adefesio”, que significa “extravagancia”, “ridículo”.
Estando Pablo en Éfeso recibe noticias desagradables de su “nueva comunidad”, 1 Corintios 1:11…. “Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas”.
Además Estéfanas y sus dos amigos, le informaron sobre desagradables situaciones como divisiones, celos, rivalidades, inmoralidades y algunos negaban la resurrección. También trajeron preguntas de los efesios relacionadas al matrimonio y al consumo de carne ofrecida a los ídolos.
Algunos de los temas principales de la PRIMERA CARTA a los Corintios:
Los efesios empezaron a cuestionar su apostolado, ya que Pablo no pertenecía a los doce ni a los setenta discípulos, ni conoció a Jesús personalmente.
Por esto Pablo tenía que defender su reputación y autoridad como apóstol de Jesucristo.
Por la influencia gnóstica de ese tiempo el matrimonio, era visto, como algo
pecaminoso, siendo el celibato, la abstención de toda relación sexual el único
camino de santificación. Tanta fue la influencia, que aconsejaban hasta a los
casados de separarse de sus cónyuges.
Para los griegos, romanos y judíos el divorcio era algo habitual; (para los judíos el
hombre era quien se podía divorciar, no la mujer).
Pablo no concuerda con los corintios y habla de la mutualidad del matrimonio.
1 Corintios 9:12-14… “Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone”.
1 Corintios 9:9… “ … si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando”
Pablo veía el matrimonio, como una especie de mal menor, para no quemarse por el fuego de la lujuria.
Disputas y divisiones del liderazgo: discusiones entre los guías espirituales
dividían a la comunidad.
1 Corintios 1:12-13… “Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de
Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso está dividido Cristo?
¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de
Pablo?”.
1 Corintios 3:4-5… “Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro:
Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos?
Servidores por medio de los cuales habéis creído…”
La inmoralidad sexual era extravagante. De allí que el dicho “vivir como
Corintio” era equivalente a vivir en la más baja condición moral.
1 Corintios 3:16-17: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”.
Esta enseñanza fue un “golpe” para los judíos, que veían al Templo de Jerusalén
como el gran lugar santísimo y ahora: ¿“habita en nosotros”?
La inmoralidad y limpieza del cuerpo fue un tema profundamente discutido en esta Carta. Con el bautismo, el cuerpo llega a formar parte del cuerpo de Cristo, por lo tanto, no se puede usar y contaminar con inmoralidades.
El acto sexual no es sólo una unión física, sino también una unión espiritual.
La primacía del amor tuvo una posición clave - todo el capítulo 13 - por ser el
fundamento de la Iglesia. El apóstol recalca la superioridad del amor sobre todas
las otras virtudes.
El idioma griego tiene tres palabras para amor:
Eros, por el dios de la mitología griega, que es el amor pasional;
Filia, que es el amor entre amigos, familia, un amor desinteresado y
Ágape, el amor más desinteresado, puro e incondicional.
Ágape… es ésta la palabra, que usa el apóstol… amar similarmente al amor de
Dios por nosotros, ¡sin distinción alguna!
La meta del verdadero cristiano es amar a todos como Dios nos ama. Y este Don, lo tenemos que “merecer con nuestros esfuerzos espirituales”, a través del Espíritu
Santo.
El verbo de ágape (amar) se menciona 130 veces en el Nuevo Testamento y el
sustantivo (amor) …. 120 veces.
Comer de la comida sacrificada a los ídolos, es el tema crucial en el capítulo
ocho. Para nosotros que sabemos que un ídolo no es en verdad un dios y que hay solo un Dios:
1 Corintios 8:8: “No perdemos nada si no lo comemos, y no ganamos nada si lo comemos”. Con otras palabras: sabiendo esto se puede comer; PERO, si otro carece de esta verdad y ve a un cristiano comer de esta carne, pues la respuesta es:
1 Corintios 8:13: “Por lo tanto, si lo que como hace que otro creyente peque, nunca más comeré carne mientras viva, porque no quiero hacer que otro creyente tropiece”.
En 1 Corintios 5:9: Pablo menciona una carta y dice: “Os escribí en la carta que no me asociáramos con fornicarios”. De esto se deduce que ya había habido una carta privada de advertencia a los corintios, pero que se perdió.
La SEGUNDA CARTA a los Corintios tiene su propio enfoque.
Los estudiosos estiman que 2 Corintios no es una sola carta; por la ruptura fuerte en los temas entre los capítulos 9 y 10, sospechan que originalmente estaba compuesta de dos (o incluso tres) cartas independientes.
Es una carta muy personal del apóstol, en la que se defiende otra vez de lo ataques contra el cuestionamiento de su ministerio como apóstol.
Antes de esta Carta, Pablo había visitado la iglesia de Corinto, cuando le ocurrió un incidente muy molesto: un miembro de la congregación lo atacó e insultó.
Por esta razón, Pablo abandonó Corintos y con muchas lágrimas escribió otra carta - “carta de lágrimas”; - que fue entregada por su ayudante Tito, pero no se ha conservado. Cuando Titos le trae las buenas noticias de la reconciliación, informando de que los Corintios se dieron cuenta de su equivocación y pidieron perdón, éste escribió:
2 Corintios 2:4: “ Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que fueseis contristados, sino para que supieseis cuán grande es el amor que os tengo”.
Empieza la Carta disculpándose por posponer su prometida visita a Corintos, y
continúa perdonando al agresor:
2 Corintios 2:8: “ Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él”.
También defiende su ministerio como apóstol de una manera muy fundamental: él
recibió su comisión de Dios mismo, por lo tanto, no necesita cartas de recomendación de las personas:
2 Corintios 3:1: ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de
recomendación de vosotros?
Pablo experimentó que la vida como apóstol está marcada por el sufrimiento, pero
no lo ve como un signo de debilidad, sino que es parte de este servicio.
Cristo reconcilió a las personas con Dios a través de Su muerte. Pablo finalmente
apela a la reconciliación completa con la congregación.
La Carta cambia su ritmo y Pablo apela ahora a la ayuda al prójimo y
generosidad, en este caso a la comunidad de Jerusalén, que está pasando
momentos difíciles por una hambruna.
La comunidad de Macedonia y Gálatas ya lo estaban haciendo, y la iglesia de
Corinto también comienza una colecta para expresar su solidaridad con la
comunidad de Jerusalén.
En la última parte, el tono de la Carta cambia significativamente. Ahora: reacciona muy consecuente a las acusaciones de sus oponentes.
2 Corintios 10:2: “Ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne”.
Pablo se burlaba de ellos llamándolos “super-apóstoles”. Por el otro lado sus
oponentes lo calificaban como persona de débil apariencia y lo reprochaban por no recibir alimentos de la iglesia:
2 Corintios 12:13: “Porque ¿en qué habéis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? ¡Perdonadme este agravio!”.
Pablo se defiende recordando de las revelaciones que ha recibido:
2 Corintios 12:1: “Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor.”
De lo que se enorgullece Pablo es más bien de su debilidad, mostrando de que él no debe sus éxitos a sí mismo, sino a Cristo, que obra en él:
2 Corintios 12:5: “De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades”.
Incluso describe, por humildad, los sufrimientos y peligros que soportó proclamando la palabra de Dios:
2 Corintios 11:23-28:
¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más
abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias”.
Al final promete volver por tercera vez. Pablo dejó entonces Corinto y viajó a Siria.
No se puede descartar por completo otra -tercera- visita a Corinto, pero no es nada seguro.
2 Corintios 12:14: “He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros…”.