Akáthistos, quiere decir literalmente “no estar sentado”, ya que en reverencia y honor a la Virgen se ora en pie.
Desde principios del siglo VI la Iglesia incluyó este himno de alabanza en su liturgia como la expresión más alta del culto a la Santísima Virgen. Se cantaba en celebraciones nocturnas en agradecimiento a la Virgen, por sus múltiples intervenciones en la ciudad de Constantinopla, consagrada a ella, que recurría a su protección cuando se veía atacada por sus enemigos hasta su liberación en el año 626.
Los libros litúrgicos y la mayoría de manuscritos han transmitido el Akáthistos como un himno anónimo. Sin embargo, como señala el Instituto de Teología San Juan Damasceno de la Universidad del Balamand citando a la Iglesia ortodoxa antioquena, “un himno tan elaborado no se compuso ciertamente en una noche; más que un momento y un arte, expresa una vida”.
El Akáthistos se compone de 24 estrofas, distribuidas en dos partes:
una evangélica: desde la Anunciación al encuentro de María con el anciano Simeón en el Templo de Jerusalén
y otra dogmática: con los principales artículos de la fe mariana de la Iglesia:
la perpetua virginidad, maternidad divina, mediación de gracia desde el Cielo.
El himno para escuchar en video:
Melodía eslava:
Un santo del siglo pasado, San Nectarios de Egina, compuso un himno honorando a la Virgen también, que tuvo una muy rápida aceptación y difusión:
“Virgen madre alégrate”