El ayuno de los Apóstoles
El lunes después del Domingo de Todos los Santos, empezamos el Ayuno de los Apóstoles, también llamado Ayuno de los Santos Pedro y Pablo.
El fundamento, así como el comienzo de este ayuno (el segundo lunes después de Pentecostés), se basan en el Evangelio:
Cuando los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, preguntaron a Jesús porqué sus discípulos no ayunan y Jesús les respondió: Marcos 2:19-20:
“Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán”.
Y así fue: después de la alegría de la Pascua y habiendo recibido el Espíritu Santo, los Apóstoles comenzaron a ayunar, cumpliendo las palabras del Señor.
Según la Sagrada Tradición, su preparación comenzó con ayuno y oraciones pidiendo a Dios que les concediera las fuerzas para predicar y difundir el Evangelio en todos los confines de la tierra. Hechos 13: 2: “Y mientras estos ayunaban y hacían ruegos a Dios”.
El ayuno de los Santos Apóstoles varía en duración, debido a que el comienzo depende de la fecha de Pascua de Resurrección, que por naturaleza es fecha móvil; mientras que termina con una fecha fija, con la Fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo el 12 de julio en el calendario juliano (correspondiendo al 29 de junio en el calendario gregoriano).
El 12 de julio (29 de junio) se conmemoran los apóstoles San Pedro y San Pablo, los dos apóstoles principales; mientras que al próximo día celebramos la “asamblea de todos los apóstoles”.
Cumplir este ayuno es seguir los pasos de los Apóstoles. Este ayuno se ve también como: acción de gracias a Dios por el testimonio de sus apóstoles y acción de gracias a los apóstoles por difundir la verdad soportando las severas torturas hasta su martirio.
El apóstol Juan, es el único apóstol de los doce, que murió de vejez y no martirizado.
Pedro… crucificado boca abajo.
Andrés… crucificado en forma de X, murió de hambre, sed y asfixia tras cuatro días.
Santiago el Mayor, Zebedeo… decapitado en Jerusalén.
Bartolomé… despellejado vivo, crucificado y decapitado.
Felipe… crucificado y lapidado.
Mateo… muerte a filo de espada.
Tomás… atravesado con una lanza.
Santiago el Menor, Alfeo… apedreado.
Judas Tadeo…. golpeado con un garrote en la cabeza y decapitado.
Simón… cortado por la mitad con una sierra.
Matías… fue apedreado y luego decapitado.
Juan… murió de anciano en Éfeso.