Cristo ha resucitado!
Verdaderamente ha resucitado!
Recordamos la sanación del hombre en el estanque de Betesda, que era paralítico desde hace 38 años.
Este milagro de Cristo provocó mucho furor entre los judíos, pero Jesús tenía el poder de hacerlo.
Juan 5:16… ” Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo”.
La lectura del Evangelio de este domingo tiene un profundo sentido teológico, invita a levantarse del pecado y caminar hacia la salvación.
También nos invita a tener en cuenta y evitar las cosas que nos paralizan y considerar las cosas que nos dejan caminar hacia la santidad y salvación.
Juan 5:4… “Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese”.
Juan 5:5… “Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo”.
Juan 5: 6… “Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?”.
¿Quieres ser sano?... la pregunta suena más que innecesaria en esta situación, pero recalca el respeto a la libertad del hombre y la necesidad de que acepte la ayuda… lo que la iglesia llama “sinergia” = la cooperación de nuestra parte.
Dios se nos acerca, pero tenemos que tener la libre voluntad de recibirlo.
Juan 5: 7… “Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo”.
Juan 5: 8-9… “Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo…”.
El hombre fue sanado… Jesucristo como el Médico Divino, que sana no sólo el cuerpo, sino sobre todo el alma.
Cristo como Médico de nuestros cuerpos y almas, nos sana corporal- y espiritualmente. Este domingo resalta justamente ese poder sanador de Cristo.
Juan 5: 10… “Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho”.
Como muy a menudo Cristo renueva la ley; esta vez es el día del reposo.
San Marcos 2:27-28… “El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado”.
Por esta razón ordena al paralítico a llevar su lecho, sabiendo que consecuencias esto tendría.
San Pablo dice en 2 Corintos 3:6 « el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.».
Cristo no limita la fe a obligaciones que se tienen que cumplirse a rajatabla, estas son leyes muertas, mas vale cumplir normas religiosas que nos acercan a la Gracia de Dios.
Juan 5: 13-14… “Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.
Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, … “.
Jesús se había apartado de la gente…. le halló Jesús en el templo… nos da una “pista dónde encontrar a Dios”.
Mientras el paralítico discutía en vano con la gente sobre su curación, no encontró a Jesús.
Fue sólo en el Templo donde lo vio… «Jesús lo encontró».
Simbólicamente: entre la gente nos distraemos mucho y nos alejamos del Señor, mientras que, en la tranquilidad del templo, en el silencio, es el lugar donde nos encontramos con Jesús…. que nos busca y nos encuentra.
Según los Padres Santos: “el idioma con el que se habla a Dios es el SILENCIO”.
Has sido sanado, no peques más… tiene por consecuencia un cambio de vida; seguir ahora el camino de la verdad.
El paralítico fue sanado físicamente, pero el dejar el pecado, le concede la curación del alma…. la salvación.
Este era el propósito de Cristo en la mayoría de sus milagros…. LA SALVACIÓN.