Este domingo celebra la iglesia ortodoxa la fiesta de Pentecostés, que es el Domingo más importantes del año después de la Pascua, el “último y gran día”….. con el cual terminamos el ciclo de fiestas de Pascua de 50 días.
De hecho Pentecostés en griego significa “cincuenta”.
El relato de los Hechos de los Apóstoles, nos recuerda que Cristo, una vez cumplida su misión regresa al Padre para que el Espíritu Santo descienda en persona sobre nosotros. Los apóstoles recibieron el “poder de lo alto”, y comenzaron a predicar y atestiguar a Jesús en diferentes idiomas como el Cristo Resucitado, el Rey y Señor.
Es una fiesta de plenitud de lo prometido y no de inicio… por esto no podemos desvincularla de la Madre de todas las fiestas que es la Pascua. San Simeón escribe: «Esta era la finalidad y el destino de toda la obra de nuestra salvación realizada por Cristo: que los creyentes recibieran el Espíritu Santo».
En el Antiguo Testamento la pascua celebraba el “éxodo” de los israelitas de la esclavitud de Egipto; y en Pentecostés se celebraba el don de Dios de los Diez Mandamientos a Moisés en el Monte de Sinaí.
En la Nueva Alianza, la Pascua celebra la victoria de Cristo cumplida con su muerte y resurrección, que cumple el “éxodo” del hombre desde este mundo de pecado, al Reino de Dios; y en Pentecostés se celebra un nuevo don…..el descendimiento del Espíritu Santo sobre los discípulos y sobre la Iglesia.
Nosotros, ortodoxos bautizados, hemos recibido “el sello del don del Espíritu Santo” en el sacramento de la Crismación. Pentecostés ya ha acontecido en cada uno de nosotros haciéndonos participantes y ciudadanos de Su Reino.
La celebración de Pentecostés nos es un mero recordatorio de un acontecimiento que sucedió hace muchísimo tiempo, sucede a cada uno de nosotros hoy en la Iglesia. Somos “templos del Espíritu Santo.” El Espíritu de Dios habita en nosotros.
En los oficios litúrgicos de la fiesta de Pentecostés, se celebra la venida del Espíritu Santo junto a la revelación plena de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por esto, el Domingo de Pentecostés, de acuerdo a la tradición Cristiana Ortodoxa, también se conoce como el Domingo de la Trinidad, en el que se confirma y glorifica la naturaleza TRI-ÚNICA de Dios Todopoderoso: Dios el Padre - el Creador del Cielo y la Tierra, Dios el Hijo - nuestro Señor Jesucristo y Dios el Espíritu Santo el dador de vida, que procede del Padre.
El templo en este día está adornado con flores, ramas y hojas verdes, para demostrar que el Aliento o Soplo divino viene como el “Espíritu Vivificador” para renovar toda la creación. Por eso se conoce la Fiesta de la Santísima Trinidad, como las Fiestas Verdes. Durante las Fiestas Verdes se visitan las tumbas de nuestros queridos difuntos.
El kontakion de Pentecostés canta de cómo la confusión de Babel fue revertida al reunir Dios a todas las naciones en la unidad de Su Espíritu.
Cuando el Altísimo descendió y confundió las lenguas, Él dividió las naciones.
Más cuando distribuyó las lenguas de fuego, llamó a todos a la unidad.
Por lo tanto, unánimes, glorificamos el Santísimo Espíritu.
El tropario de Pentecostés proclama la reunión del universo entero en la red de Dios, mediante la inspirada obra de los pescadores convertidos en apóstoles.
Bendito eres Tú, oh Cristo Nuestro Dios, que mostraste llenos de sabiduría a los pescadores,
derramando sobre ellos el Espíritu Santo. Y por medio de ellos conquistaste el universo.
Oh Amante de la Humanidad, Gloria a Ti.
Desde el servicio de Pentecostés llegó a nuestras oraciones diarias la oración al Espíritu Santo “Oh Rey Celestial”. Esta oración está incluida al principio de cada servicio ortodoxo, se reza antes de cada acción que hacemos, leer, trabajar, el clero la usa antes cada reunión, antes de empezar algún servicio, etc. etc. etc.
TODA acción que hacemos no puede prescindir de la iluminación del Espíritu Santo:
Oh Rey celestial, Consolador, Espíritu de la Verdad,
que estás en todo lugar y que llenas todo,
Tesoro de todo lo bueno y Dador de vida,
ven y habita en nosotros y purifícanos de toda mancha
y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas.
El oficio de Vísperas Mayores de Pentecostés es caracterizado por tres largas oraciones durante las cuales los fieles se arrodillan por primera vez desde la Resurrección.
El oficio de la Genuflexión después de la Liturgia:
https://www.fatheralexander.org/booklets/spanish/visperas_pentecostes.htm
El día Lunes después de Pentecostés se conoce como la fiesta del Espíritu Santo.
Muchas gracias, padre. quería hacerle una pregunta yo voy los domingos a la iglesia apostolica ortodoxa rumana. Aquí en Madrid, España. Me gusta ir y rezar el problema es el idioma Los domingos algunas letanias y el credo el padre nuestro lo dicen en español, no puedo confesar ni comulgar por se católico romano, como puedo pasar a la iglesia apostólica ortofoxa, ? Gracias
¿porque en la iglesia cristiana apostólica ortodoxa , rumana es costumbre dar una espiga de trigo en día de pentecostés ?