Domingo de los Santos Padres del Primer Concilio Ecuménico
6to domingo después de Pascua (01/06/25)
Cristo ha resucitado!
Verdaderamente ha resucitado!
El Primer Concilio Ecuménico fue el Concilio de Nicea, celebrado en el año 325 d.C. en la ciudad de Nicea (actual İznik, Turquía), bajo el patrocinio del emperador Constantino el Grande, y contó con la asistencia de 318 obispos.
Este Concilio goza de una celebración especial este año, ya que se conmemora el 1700º aniversario del Primer Concilio Ecuménico de la historia.
Este evento histórico marcó una gran señal en la unidad doctrinal del cristianismo y después de 1700 años, todavía nos tiene algo que decir.
Viendo la necesidad de establecer una doctrina unificada para evitar desviación de las enseñanzas que Cristo y sus apóstoles nos dieron, Constantino convocó a los obispos, mayormente de los “cinco centros principales” de su tiempo.
Los centros principales y sedes más antiguas con continuidad apostólica eran:
Jerusalén, con su primer obispo San Santiago el Menor.
Antioquia, con su primer obispo San Pedro, en los años ~35 al 42.
Alejandría, con su primer obispo San Marcos.
Roma, con su primer obispo San Pedro, después de Antioquía hasta su martirio en el año ~64.
Constantinopla, con su primer obispo San Andrés.
Estos cinco centros fueron después denominados como los patriarcados apostólicos, por ser fundados por apóstoles = Pentarquía.
Las decisiones claves de este Concilio eran:
1… Condena del arrianismo
Los cristianos estaban divididos y confundidos por las enseñanzas de Arrio; un sacerdote en Alexandria, que rechazaba la divinidad plena de Cristo.
Enseñaba que el Cristo no es eterno, que fue creado por Dios, y como consecuencia el Hijo tiene un rango inferior al del Padre en naturaleza, que hubo un tiempo en que el Hijo no existía y por lo tanto, no era ni eterno ni consubstancial al Padre.
El patriarca Alejandro de Alejandría, trató en varias ocasiones de convencerle de su error, sin éxito.
Este concilio condenó la doctrina de Arrio como herética, quién fue despojado de sus grados clericales.
El Concilio declaró que el Hijo es "consustancial” = de la misma esencia divina = homoousios con el Padre.
2… Redacción de la primera parte del Credo
Se formuló un credo que principalmente expresaba la doctrina cristológica para combatir el arrianismo:
"Engendrado, no creado, consustancial con el Padre".
En el Segundo Concilio Ecuménico en Constantinopla (381), se evolucionó el Credo, ahora añadiendo doctrinas del Espíritu Santo, de la Iglesia, del bautismo y de la resurrección con la vida eterna.
Este es el Credo Niceno-Constantinopolitano, válido hasta hoy.
En este Credo se usó la forma plural: "Creemos", simbolizando una declaración colectiva de la Iglesia. A posteriori la Iglesia adoptó la forma singular: "Creo", ya que debe expresar la confesión de fe personal del creyente.
3… Fijación de la fecha de la Pascua
Desde el principio la iglesia quiso unificar la celebración la “Fiesta de las fiestas” del cristianismo: la Resurrección de Jesucristo.
El Concilio acordó celebrar la Pascua en toda la Iglesia cristiana en una fecha, ya que algunas iglesias primitivas se guiaban por el calendario judío y otras por el calendario juliano.
El Concilio no dejó explícitamente detalles de esta misma, pero por el historiador Eusebio de Cesarea y otras fuentes tenemos constancia de esta la decisión:
“La Pascua se celebrará el primer domingo después de la primera luna llena después del equinoccio de primavera (21 de marzo)”, calculación basada en el calendario juliano existente en ese tiempo.
Equinoccio = cuando la duración del día y de la noche son iguales.
Si la luna llena cae en domingo, la Pascua se celebra el domingo siguiente, para distinguirla del calendario judío.
Esto hace que la Pascua cristiana varíe entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
4… Normas sobre disciplina y jerarquía eclesiástica
Veinte cánones disciplinarios aseguraban el funcionamiento interno de la Iglesia.
Una de las más importantes decisiones, fue la reconciliación en general con los arrianos que se arrepentían públicamente.
Los clérigos arrianos que fueron degradados de rango, excomulgados. exiliados, o se les prohibió ejercer su sacerdocio, podían ser readmitidos una vez arrepentidos sinceramente.
El Concilio dio prioridad a la curación de los herejes, a la conversión y a la unidad de la madre-iglesia, y no a la exclusión.
El texto en el Credo: “Confieso un sólo bautismo para la remisión de los pecados”, demostraba que no se requería re-bautismo, como algunos demandaban.
Algunos de los otros cánones:
Se establece normas, como un periodo de prueba, para los recién bautizados convertidos del paganismo, que deseen ordenarse.
Un obispo debe ser consagrado por al menos tres obispos, con la aprobación del metropolitano.

Se ofrece retorno a los cristianos que por miedo renunciaron a la fe (apostasía), y después se arrepintieron.
Se define los deberes litúrgicos de los diáconos.