Conozcamos más a los Santos: Santos José de Arimatea y Nicodemo
Cristo ha resucitado! Verdaderamente ha resucitado!
En la fiesta del domingo pasado, nuestra iglesia conmemoró, no sólo a las mujeres Mirófotras, sino que también a San José de Arimatea y San Nicodemo.
Antes de la Crucifixión, estos dos santos, se reunían en secreto con Jesús por miedo a los judíos; pero al ver Jesús en la Cruz, tuvieron la fidelidad y valentía de ir a Pilatos, pedir su cuerpo, bajarlo de la Cruz y enterrarlo en un sepulcro nuevo.
Este acto de caridad demuestra su amor y fe en Cristo.
Es claro que de una ayuda a una persona viva, esperamos quizás un agradecimiento…. cosa que un difunto no lo puede hacer.
Pero ellos vieron en el crucificado al Salvador, al dador de la vida eterna.
San José de Arimatea
En aquel tiempo según las leyes romanas, un hombre condenado a muerte se enterraba en una fosa común.
Un crucificado ni siquiera se enterraba; se dejaba el cuerpo colgado a la vista de todos, para que los buitres lo devoraran.
José perteneció a los primeros discípulos que difundieron la religión cristiana y por su conexión comercial con Inglaterra, misionó en las Islas Británicas, convirtiendo muchas ciudades al cristianismo.
Según una leyenda muy antigua de las tradiciones cristianas británicas medievales, José de Arimatea llegó a Glastonbury / suroeste de Inglaterra y fundó la abadía de Glastonbury, una de las abadías más ricas y poderosas de Inglaterra.
La tumba de José de Arimatea no está identificada históricamente, pero hay dos tradiciones:
1… la tradición cristiana más aceptada sería algún lugar de Judea, ya que vivía allí, aunque hasta hoy no existe en la Tierra Santa una tumba oficialmente reconocida de él.
2… la tradición legendaria británica, “lo ve” enterrado en la Abadía de Glastonbury, aunque no se ha encontrado ninguna tumba confirmada que sea la suya.
San Nicodemo
El Evangelio de Juan, nos presenta a Nicodemo en tres ocasiones:
La primera vez que aparece, es cuando visita a Jesús por la noche. Tuvo un diálogo sobre el sentido del volver a nacer de nuevo… de agua y del Espíritu.
Jn : 3:1-2… “Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él”.
Jn : 3:3… “ Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.
Juan, usa en esta conversación por única vez la expresión: “el Reino de los Dios”, expresión más usada por los Evangelistas Marcos y Lucas; mientras que Mateos, prefiere usar la expresión “el Reino de los Cielos” y la menciona 30 veces.
En la teología cristiana, Nicodemo simboliza el hombre con fe en proceso.
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La segunda vez cuando escuchamos de Nicodemo, es cuando Jesús estaba encarcelado y Nicodemo lo defendió ante el Sanedrín.
Advierte en el Sanedrín que han de oír e investigar antes de hacer un juicio definitivo.
Juan 7:50-51… “Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos: ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?”.
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La tercera vez es cuando ayuda a José de Arimatea a preparar el cuerpo de Jesús para el entierro. Trajo una cantidad grande de mirra y áloe.
Jn 19, 39… “También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras. Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas…”.
Cien libras romanas son ≈ 32.7 kg…. trayendo esa cantidad de estos costosos perfumes, que se usaban para entierros de alto honor, demuestra que también Nicodemo tenía una gran capacidad económica.