Ciclo de oraciones litúrgicas diarias en la Iglesia Ortodoxa. Parte 1
Siguiendo las palabras del apóstol Pablo: “Orad sin Cesar”, nuestra Iglesia nos guía y nos acompaña espiritualmente con un ciclo diario de siete servicios.
Lucas 18: 1-8… “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”
El ciclo diario de oración es un pilar esencial en la vida religiosa de la Iglesia, que nos ayuda a acercarnos a Dios, a fortalecernos para poder cumplir Su voluntad, a renovar el espíritu y conservar una conexión constante con Dios a lo largo del día…. siempre y cuando la oración no sea sólo repetir palabras, sino una sincera expresión del corazón.
La oración individual y la oración comunitaria en la iglesia son dos diferentes clases de oración.
Además de las oraciones privadas o comunitarias - puede parecer paradójico - pero los Santos Padres recalcan la importancia de incluir un tiempo de silencio en el ciclo de la oración diaria.
El silencio es el idioma de Dios.
Los primeros cristianos asistían a la iglesia los domingos a celebrar la Eucaristía tanto a un servicio matutino, como a un servicio vespertino.
En el resto de la semana oraban diariamente juntos en la iglesia la oración de la mañana = maitines y la oración de la tarde = vísperas. Los otros horarios de oración (horas), lo cumplían en privado.
Fue con el florecimiento de la vida monástica comunitaria bajo un abad o abadesa, cuando el ciclo de oraciones tomó forma.
El ciclo de oración incluye siete servicios al día:
1… Vísperas
2… Medianoche
3… Maitines
4… Hora Prima
5… Hora Tercia
6… Hora Sexta
7… Hora Nona
Adicionalmente a estos siete servicios, hay otros dos servicios que ocasionalmente se celebran en iglesias parroquiales, pero forman parte integral en el horario monástico.
Estos servicios son:
El oficio se celebra antes de dormir, después de las Vísperas y de la cena, como último servicio del día.
En las parroquias mayormente se celebra este oficio sólo en determinadas fiestas.
Conocemos dos formas del servicio de Completas: las Pequeñas Completas, en días no festivos y las Grandes Completas en la Gran Cuaresma y la Semana Santa.
Otra asociación a este servicio es el Salmo 119/118:62: "A medianoche me levanto para agradecerte por tus justos juicios".
Con la parábola de las cinco vírgenes necias en Mateo 25:1-13, Cristo quiso recalcar la importancia de estar preparados para la Venida de Cristo y velar por nuestras almas.
Hipólito: “el cristiano debe levantarse a medianoche para la oración y orar en su propia casa, porque a esta hora toda la Creación descansa por un momento para alabar al Señor: el cielo, los árboles, las aguas se detienen por un instante, y todo el ejército de ángeles que le sirven, alaba a Dios en esta hora con las almas de los justos. Esta es la razón por la que los creyentes deben orar a esta hora."
Este oficio se celebra en las parroquias únicamente en el Gran Sábado Santo en la noche, justo antes de Matutinos de la Pascua de Resurrección.
El oficio de las Completas, así como el de la Medianoche, se podría comparar con “nuestras oraciones”: antes de dormir y al levantarse.