Características de los Seis Salmos parte 1
Continuamos con la serie de los Salmos. El día de hoy desglosaremos los versos y daremos una explicación detallada de los Santos Padres
Estos salmos, siguiendo el hilo rojo de anochecer y amanecer, de oscuridad y luz, se alternan con salmos “tristes” y “alegres”.
El autor de todos los Seis Salmos, es David, con excepción del Salmo 87 que, según la inscripción es Hemán, un levita de la familia de Coré, jefe de uno de los coros.
David, a pesar de sus dolores, lamentos, quejas y miedos, nunca perdió la esperanza de que la salvación está sólo en Dios y no en el ser humano.
Algunos versículos, para destacar su importancia, se repiten. Aquí están remarcados.
Los Seis Salmos no están entres los “salmos mesiánicos”, pero algunos Santos Padres ven en estos también una señal de profecía mesiánica, que se comentará en cada salmo.
Salmo 3
¿Señor, por qué se han multiplicado los que van contra mí? Muchos se levantan contra mí.
Muchos dicen a mi alma: no hay salvación para él en su Dios.
Más Tú, Señor, eres mi protector, mi gloria y el que levanta mi cabeza.
Con mi voz llamé al Señor y me oyó desde su monte santo.
Yo me acosté, dormí y me levanté, porque el Señor me protege.
No temeré a los diez millares de gentes que me rodean y atacan.
Levántate Señor, sálvame Dios mío, pues Tú has vencido a todos, quienes sin causa se enemistaron contra mí: has quebrantado los dientes de los pecadores.
La salvación es del Señor y tu bendición está sobre tu pueblo.
Yo me acosté, dormí y me levanté, porque el Señor me protege.
David comienza con quejas, y termina con un absoluto positivismo.
Este salmo se categoriza salmo como un salmo “gozoso”.
¿Señor, por qué se han multiplicado los que van contra mí? … David comienza el Salmo quejándose de sus enemigos. Está justamente huyendo de su hijo Absalón, que se rebeló contra él. Perdió toda su gloria como rey, y parte de su pueblo lo abandonó.
Muchos dicen a mi alma: no hay salvación para él en su Dios… Satanás en su táctica, quiere que David se sienta abandonado por Dios, sometido a la voluntad de sus perseguidores…. este es justo un pensamiento que debemos evitar.
Más Tú, Señor, eres mi protector… David reacciona declarando su completa confianza en Dios.
Con mi voz llamé al Señor y me oyó… sin dudar David siente y declara el apoyo de Dios.
Tanta es su confianza en Dios que en esta peligrosa situación se permite el lujo de:
“Yo me acosté” … ni pista de preocupación o inquietud,
“dormí” … no conoce insomnio, ni intranquilidad mental,
“y me levanté porque el Señor me protege” … al llegar el nuevo día, su primer pensamiento es reconocer el fruto de su fe en Dios.
En los Seis Salmos, esta declaración de fe se repite. San Agustín, ve en las palabras: dormí y levanté… una revelación de la muerte y resurrección de Cristo.
No temeré a los diez millares de gentes… el acojo del Señor bajo Sus alas le da a David completa seguridad hasta en las situaciones más peligrosas.
La salvación es del Señor … Dios y no las fuerzas humanas lo salvarán, de esto está David seguro.
Muchos Padres Santos ven en este salmo una referencia directa a la Cruz… La Crucifixión del Señor, trajo la salvación al mundo.
Salmo 37
Señor, no me reprendas con tu furor, ni me castigues con tu ira.
Porque me han traspasado tus flechas y has asentado sobre mí tu mano.
No hay curación para mi cuerpo a causa de tu ira; no hay paz en mis huesos a causa de mis pecados.
Porque mis iniquidades sobrepasaron mi cabeza y como carga pesada se agravaron sobre mí. Hieden pudriéndose mis llagas a causa de mi ignorancia.
Estoy agobiado, humillado hasta el extremo, y ando triste todo el día.
Porque cargados están de escarnio mis lomos y no hay curación para mi carne.
Enfurecido estaba y me humillé en gran manera: rugía a causa del lamento de mi corazón.
Señor, delante de ti están todos mis deseos y mi gemido no te es oculto.
Mi corazón está conturbado, me ha abandonado mi fuerza y aún la luz de mis ojos no está ya conmigo.
Mis amigos y mis más próximos se acercaron y se volvieron contra mí.
Los que junto a mí estaban se alejaron y los que buscaban mi alma me fastidiaron.
Los que buscaban mi mal hablaron vanidades y todo el día urgían engaños.
Mas yo como un sordo no oía y fui como un mudo que no abre su boca.
Y me hice como un hombre que no oye y que no tiene en su boca réplica.
Porque en ti Señor, esperé: Tú me escucharás, Señor Dios mío.
Pues dije: no sea que alguna vez se rían de mí mis enemigos; y mientras mis pies vacilaban hablaron con soberbia contra mí.
Porque preparado estoy para las heridas y mi dolor está siempre delante de mí.
Pues yo publico mi transgresión y me preocupo por mi pecado.
Mas mis enemigos viven y se han hecho más fuertes que yo; se han multiplicado los que me aborrecen sin verdad.
Los que devuelven mal por bien murmuraban sobre mí porque yo seguía lo bueno.
No me abandones, Señor Dios mío, no te apartes de mí. Acude pronto a socorrerme, Señor Dios de mi salvación. 2 x
Este salmo es la súplica de un enfermo (corporal y celestial), que reconoce su culpa y llora ante su padre celestial.
No me castigues con tu ira…
No hay curación para mi cuerpo a causa de tu ira…
Porque mis iniquidades sobrepasaron mi cabeza… David reconoce que merece el castigo, pero teme la justa ira del Señor.
Estoy agobiado, humillado hasta el extremo… este estado de David se interpreta proféticamente como una relación al estado de Cristo en la Cruz.
Mas yo como un sordo no oía y fui como un mudo que no abre su boca… después de mencionar algunos de sus sufrimientos, David recalca su sabio comportamiento: guardar silencio mientras otros lo atacan; deja el juicio a Dios.
Porque en ti Señor, esperé: Tú me escucharás… ahogado en sufrimientos, David todavía no pierde la fe en la protección divina. La esperanza, que Dios escuche sus oraciones no se apaga.
Pues yo publico mi transgresión y me preocupo por mi pecado… David declara su pecado y expresa su verdadero arrepentimiento. Por esta razón este salmo se considera como un salmo penitencial; y entre los Seis Salmos es un salmo “triste”.
No me abandones, Señor Dios mío, no te apartes de mí. Acude pronto a socorrerme… es una oración llena de dolor y temor de ser abandonado por sus pecados, finalmente no duda en su Salvador y pide el socorro…. sólo de su Dios.
David se comporta correctamente: admite su pecado, no se justifica delante sus enemigos, sino que se arrepiente y acude por ayuda a Dios, el único Salvador.
Según la interpretación de los Santos Padres, el gran pecado cometido por David en su vida, fue el adulterio y el asesinato. El gran arrepentimiento de estos pecados lo expresa David en el salmo 50.
Salmo 62
Dios, Dios mío, de madrugada te elevo mis plegarias.
Mi alma tiene sed de ti y aún más, mi carne con ardor anhela por ti, como tierra seca, árida y sin agua.
Me presenté en tu santuario para ver tu fuerza y tu gloria.
Porque tu misericordia es mejor que la vida; mis labios te alabarán.
Así te bendeciré en mi vida y en tu nombre alzaré mis manos.
Como de médula y de grosura será saciada mi alma, y con labios de júbilo te alabará mi boca.
Me acordé de ti en mi lecho, en las madrugadas medité en ti: porque fuiste mi socorro y al amparo de tus alas me regocijo.
Mi alma se apegó a ti, tu diestra me ha amparado.
Mas ellos que en vano buscan mi alma, entrarán en lo más bajo de la tierra: serán entregados en manos de espada, ración serán de los zorros.
Mas el rey se alegrará en Dios, alabados serán todos los que juran por Él: pues fue tapada la boca de los que hablan cosas injustas.
En las madrugadas medité en ti: porque fuiste mi socorro y al amparo de tus alas me
regocijo.
Mi alma se apegó a ti, tu diestra me ha amparado.
En este salmo vemos otra vez la alternancia de oscuridad y luz, noche y madrugada, que termina con la esperanza de la ayuda de Dios. Es un salmo “gozoso”.
Dios, Dios mío… demuestra su gran confianza en Dios y que no tiene ninguna duda del derecho que tiene de hacerlo.
De madrugada te elevo mis plegarias… David no quiere esperar hasta el mediodía o más tarde para comunicarse con su Dios. La madrugada es una palabra clave en este salmo.
Mi alma tiene sed de ti… David, por haber estado escondido de sus enemigos en el desierto, sabía lo que era sufrir bajo el poder de la sed.
En realidad él no tenía sed de agua, ni de ninguna otra cosa terrenal; eran sus fuentes espirituales las que estaban secas y tenía sed por el Agua de Vida.
Ya lo había proclamado el profeta Jeremías: el Señor es "Fuente de agua viva".
El desierto es en la Biblia un lugar de encuentro con Dios, un lugar de fortalecimiento espiritual, donde numerosos ascetas recibieron la gracia de Dios.
Los Santos Padres interpretan el "desierto" como una comparación: la tierra vacía, intransitable sin agua, es como el alma humana sin Dios.
Mi carne con ardor anhela por ti… nuestro cuerpo (= carne) es llevado por el alma. La mayoría de las veces, por las tentaciones, nuestro débil cuerpo sigue caminos contrarios.
Si la mente es fuerte y siente el temor de Dios, obliga al cuerpo seguir los caminos rectos.
Este es el caso de David; y sólo Dios puede satisfacer el anhelo de su cuerpo y alma.
Me presenté en tu santuario para ver tu fuerza y tu gloria… la nostalgia no es tanto el santuario, sino la búsqueda de Dios, el encuentro con quien amamos, el recuerdo de haber contemplado la presencia de Dios manifestados como “fuerza y gloria”.
David cantó este salmo, mientras estaba en el desierto, lejos de un santuario; pero sabía que Dios, su fuerza y su gloria no están limitados a un lugar o tiempo. El corazón puro puede ser un santuario.
Porque tu misericordia es mejor que la vida… esta misericordia la tuvo que haber experimentado David, como para confesar tan claramente su prioridad: la comunión con Dios.
Por más grandes que sean los valores de la vida… nunca superan la misericordia de Dios.
En tu nombre alzaré mis manos… elevar las manos es un gesto de oración, alabanza, agradecimiento, ruego y súplica; que involucran cuerpo, corazón y mente.
Es un gesto de total confianza en Dios, de ofrecer las oraciones a Dios, pero también de recibir la Voluntad de Dios.
Como de médula y de grosura será saciada mi alma… médula y grosura hacen referencia a la carne, un alimento muy nutritivo; en este caso es el fortificante y sustancial alimento espiritual. En estas palabras los Santos Padres ven una profética señal del sacramento de la Eucaristía: el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Me acordé de ti en mi lecho, en las madrugadas medité en ti… David terminaba el día en su lecho y empezaba en las madrugadas pensando en Dios… un estado total de conexión con Dios. Su corazón no estaba desamparado, a pesar de estar en el desierto.
Tu diestra me ha amparado… según San Cirilo de Alejandría, “la diestra” es una profecía de Cristo.
Porque fuiste mi socorro y al amparo de tus alas me regocijo… David ha tenido experiencias del socorro de Dios, por esto expresa aquí su confianza en Él. Las alas en el Evangelio simbolizan la protección de Dios.
Regocijarse en la sombra de las alas de Dios, quiere decir, recurrir a Él a través de la fe, de la oración y del ayuno. Así como los polluelos recurren instintivamente bajo las alas de su madre en momentos de peligro, así lo hace David con su padre celestial.
Mi alma se apegó a ti… ajeno a las riquezas pasajeras y pegado al cielo, porque Dios le sostiene.
Mas el rey se alegrará en Dios, alabados serán todos los que juran por Él… jurar por Dios, es testificar Su mandamiento. Como profecía mesiánica se refiere a los seguidores de Cristo, que se gloriarán también en su victoria. Si sufrimos con Él, también reinaremos con Él… Romanos 8:17.
No me abandones, Señor Dios mío, no te apartes de mí. Acude pronto a socorrerme, Señor Dios de mi salvación… hasta estando en peligro, David ora con la completa confianza que Dios lo ayudará. Es una súplica de un alma sedienta de Dios, que invoca con sus sentidos: labios, boca, manos, alma, mente.
San Juan Crisóstomo: “el espíritu y alma de todo el salterio, están resumido en este salmo”.